#Sesiones | HARLEY QUINN |

⚜ Polos opuestos ⚜

En el banco como cada noche en Gotham, había unos ladrones principiantes. No podían abrir la caja fuerte

— Hola chicos — Se escuchó una voz delgada femenina, los hombres voltearon a ver a una mujer de buen cuerpo con un traje de Arlequín y un bate sobre su hombro. De inmediato se alarmaron sacando una pistola y apuntado a la mujer.

— Tranquilos, les voy ayudar sí me dan el diez por ciento ¿Eh?

Los hombres sonrieron mirándose entre sí.
Se acercaron hasta ella y con sonrisas maliciosas la vieron, desdé las piernas hasta los senos.

— Y además un... Rato de diversión ¿Que tal?

Harley curvo sus labios divertida.

— Claro que sí cariño — Mientras les decía cosas bonitas, a uno de ellos le robaba la pistola que tenía en el cinto del pantalón. Sonrió apuntandole con la pistola, ellos alzaron las manos y ella fruncio el ceño ordenando que el otro dejará el arma en el suelo, así lo hicieron

— Hoy no estoy de buen humor y menos para patanes como ustedes que no saben lo que es una dama — Exclamó disparando sin piedad. Ya se le hacía la cosa más fácil del mundo, con prisa tomó una bomba que ella misma había hecho, la puso sobre la puerta de la caja de fuerte. Retrocedió unos metros y la bomba en forma de un Pastelito explotó dejando ver los costales de dinero.

Tomó dos costales, lo suficiente para unos meses y darle de comer a Lucy. Escuchó otro ruido, giró su vista a una mujer vestida de gato

— Has robado el banco que era mi objetivo está noche, niña estúpida — Grito la mujer. Harley se quedó paralizada no creía que abría verdaderos villanos en ese lugar, esa mujer era conocida como catwoman, no era una asesina pero sí una ladrona de primera clase que se aliaba a veces con Batman
Observó como saco su látigo y comenzó a golpear el suelo. Harley soltó los costales de dinero y sujetó su bate desafiando con la mirada.

La gata comenzó a dar vueltas de carro hasta llegar y sin previo aviso le dio una patada en la mandíbula, Harley aturdida sintió el sabor metálico de la sangre.

— Miau — Escuchó a la mujer.

— Tengo que irme a casa y tú me estás retrasando por tonterías, maldita Gata ridícula — Grito Harley poniendo en curso sus habilidades. Tirando a Selina al suelo, la Arlequín se puso encima de ella dispuesta a matarla, ella sí era una asesina. Alzó su bate para golpear la cabeza de Selina hasta que quedará irreconocible, pero la gatita sacó las garras rasguñando el rostro de Harley. Selina escuchó a la policía, gruñendo huyó de ahí dejando a Harley dando alaridos de dolor y con la mano en el rostro. Pero al igual que ella, Harley tomó los costales y su bate huyendo por la puerta trasera antes de que la alcanzarán.

Ya eran cinco meses que no sabía nada de su hermana o padres y mucho menos del Joker. Caminaba por las calles con dolor, siempre andaba sola en todo, había dejado a su hija encargada de una viejita que vivía frente a ella.

— Harls, cariño.

Esa voz la podía reconocer en el Cualquier lado, al darse la vuelta miro al Joker en la oscuridad del callejón con un traje púrpura elegante. Harley suspiro cansada sintiendo el ardor del rasguño.

— Puddin — Susurró sonriendo. El Joker puso los ojos en blanco ante el sobrenombre, se acercó a ella tomandola de la cintura, la había encontrado hace unos días, era la hora de matarla a ella y Lucy

— ¿Me has extraño? — preguntó.

— Sí, demasiado ¿Volviste por mí y Lu?

— Por supuesto — Mintió — ¿Quien le hizo esto a mi nena?

Harley hizo un puchero como niña pequeña.

— Esa gata asquerosa — El Joker de inmediato supo que era Catwoman. Pudo ver las bolsas de dinero.

— Eres una nena inteligente — La apapacho con cariño falso — Pero también mala.

Harley no entendió eso. El Joker le dio un codazo en la nariz y ella gritó de dolor llevando sus manos a la nariz que comenzaba a sangrar, se arrodilla al suelo sintiendo el inmenso dolor. El Joker sacó su pistola dorada apuntado a la cabeza de Harley.

— Puddin — Susurró nuevamente llorando, un llanto en tono tierno tanto como para ablandar su duro corazón. — Perdón.

Su mano tembló.

No pudo hacerlo. Gritó frustado por no hacerlo.
Ayudó a levantarla, Harley sangraba

— No ... Puedo matarte — Tartamudeo — Y por eso tienes que sufrir a mi lado, nena. ¿Estarás conmigo?

Ella asintió sonriendo y relamiendo los labios ensangrentados.

— Tendrás que encontrarme — Le murmuró dándole otro golpe en el ojo dejándole un moretón, Harley se tambaleó agarrándose de las paredes, el Joker escapó dejándola

— T-Te a-amo Puddin — Dijo dando carcajadas entre alaridos. Siguió su camino a las casas casi de cartón dónde vivía.

— ¡Santo cielo! ¿Que te paso? — pregunto la anciana, Harley se quitó el gorro de Arlequín con las coletas dejando caer su cabello. En unos minutos la señora le estaba atendiendo las heridas

— Te dieron una golpiza — Opino la señora, Harley sonrió « Sí no me decía no me daba cuenta »

— ¿Quien ha sido?

— El papá de Lucy y una mujer vestida de gato.

— ¿Por que permites que te haga eso?

— Le quiero demasiado — respondió. — El me quiere a su manera... Debo buscarlo. ¿Usted cuidaría de Lucy? No me la puedo llevar.

La viejita asintió mirando hacia la cuna.

Harley tomó la bandeja de agua caliente y la tiró sobre su cuerpo dándose un baño, con el jabón comenzó a lavar su cuerpo sus heridas le ardían, a pesar de los moretones y rasguños, se seguía viendo bonita, ella siempre había sabido que era una chica muy hermosa con un futuro bien, aunque el destino le jugó chueco, debió haberse ido a Metrópolis como lo dijo su madre pero quizo seguir en Gotham, ojalá jamás lo hubiera conocido
Por su mente pasó el primer día que lo vió.

Tomó la toalla y secó su cuerpo y cabello.
Al ponerse la pijama, se miro al espejo, su ojo izquierdo tenía un hematoma alrededor y su nariz estaba inflamada, su mentón tenía una marca roja
Su mejilla tenía la piel rasgada, su rostro estaba destrozado, sonrió con tristeza poniendo una venda sobre su nariz y un trapo caliente en su ojo.

Con un suspiro se acostó a un lado de su bebé abrazándola y a la lloraba con rencor.

¿Por que permites que te haga eso?

Recordó.

Solamente negó con la cabeza.

Ni ella lo sabía.