Mochila nueva, amistad nueva.

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Martes, 3:30 PM, sin rastro de JinYoung.

Le esperé como siempre. Esperé que me pidiera otra vez ser su despertador, tenía planeado dejarlo dormir un poco más. Pero nunca llegó.
No puedo alarmarme por no verle durante un día. Seguramente se fue directo a esa cosa importante. Aprovecharé el tiempo para ir a comer.

El airé frió del exterior me pegaba directamente en el rostro, debí traer bufanda. Muchos estudiantes iban y venía. Me mantuve atento por si veía a JinYoung caminar por ahí.
Ahora más que intrigarme, me preocupa en cierta forma.

En camino al restaurante más cercano me encontré con un local que tenía en exhibición varios bolsos y mochilas. Inmediatamente recordé el cierre improvisado con alfileres. ¿Sería buen detalle comprar una mochila para JinYoung? Sí, sí lo sería. No lo dejaría pasear un día más con esa cosa rota.
Entré en el local y como niño en dulcería no podía decidir por un modelo. No conozco los gustos de JinYoung, sería fatal que no le gustara lo que yo he elegido para él.

—Buenas tardes, ¿puedo ayudarle en algo?

La dulce voz de una joven chica captó mi atención. Empleada del lugar, pensé. Lo más seguro es que haya visto mi cara de confusión.

—Sí, estoy buscando una mochila para un chico. No sé sus gustos y no quiero comprar algo que le desagrade.

—Tengo justo lo que necesita.

La joven me guió hasta el fondo del local, muchas opciones atractivas pasaron ante mis ojos pero ninguna parecía ser la indicada. Ninguna tenía lo necesario para ser transportada por alguien como JinYoung. Alguien que tenía un sello único.
Terminé teniendo en frente una mochila de lona color marrón; simple, pero llamativa, se adecuaba a todo y a la mayoría podría gustarle. Será perfecta para su nuevo dueño.

—Me la llevo.

Miércoles. 
Con la emoción de entregar un regalo sorpresa no pude evitar llegar un poco más temprano de lo planeado. Escondí la mochila debajo de la mesa de tal forma que JinYoung no pueda verla.
Mis pies se movían con constancia al igual que mis manos.
JinYoung entró a la sala justo cuando dieron las tres. Demasiado a tiempo para alguien que no vino el día de ayer.
Su mirada se clavó en mi. Es una señal de que vino aquí con la intención de encontrarme, además de dormir. Me sonrió. Es agradable que siempre me salude con una reluciente y afable sonrisa. Le devolví el gesto para no ser descortés.
Como me imaginé, sigue cargando con esa horrible cosa que se hace llamar mochila.

—Ayer no viniste.

—¿Me estabas esperando? —cuestionó mientras tomaba asiento. Su ceja se alzó de manera juguetona.

—No... Claro que no. Digo, vine a estudiar un poco y fue desconcertante no encontrarte aquí.

—Me fui directo a hacer mis cosas importantes, dormí allá.

—Yo también hice algo importante —dije tratando de ocultar mi entusiasmo. Ya quiero ver su rostro cuando sepa que le tengo un obsequio.

—¿De verdad?

—Sí. Si quieres saber qué hice, ve bajo la mesa.

—¿La mesa? —dudó antes de asomarse por debajo del mueble que nos separaba, le lancé miradas para convencerlo de que no había nada malo. Su sorpresa al encontrar la mochila fue tal que pude ver en su rostro un mezcla de desconcierto, emoción y conmoción —. DongWoo, ¿esto es para mí?

—¿Te gusta?

Me miró aún sin poder creerlo. No dejaba de sonreír y a causa de ello yo no dejaba de sonreír.

—Me encanta. No debiste hacerlo.

—Claro que debí hacerlo, no puedes andar más con una mochila toda rota.

—El café, dejarme dormir más tiempo, preocuparte por mí, la mochila. DongWoo, ¿quieres ser mi madre?

Ambos reímos. ¿De verdad me comporto así? ¿Debería avergonzarme o sentirme halagado?

—Gracias. No recuerdo cuándo fue la última vez que alguien hizo algo así por mí. Se siente bien, ¿no? Hacer algo así por los demás.

—Se sintió mejor de lo que imaginé.

—La historia de mi vieja mochila ha llegado a su fin. Ahora inicia una nueva. ¿Me acompañas a llevar a cabo esa historia?

Admiro la forma en cómo JinYoung se expresa de algo tan simple como cambiar de mochila. Todo lo que concierne a él me parece algo fascinante. Algo de lo que quiero aprender y formar parte.

—¿Cómo?

—Te invito a comer. Una agradable comida amistosa.

—¿Amistosa?

—Por supuesto. Ya somos amigo, DongWoo.

C o n c o r d i a ; ShinYoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora