CAPITULO XIX

1.8K 94 35
                                    


Hoy estoy profundamente desparchada, tenía muchas ganas de escribir, demasiadas, pero lamentablemente la musa y las circunstancias no tenían el mismo entusiasmo que yo; lo bueno para ustedes es que el desparche me hace hacer locuras, como subir un capitulo el día que no corresponde

____________________________________________________________

-Rebecca.

-Hola.

-¿Cómo estás?

-Te estaba mirando.

-¿Ah sí?

-Sí.

-¿Y por eso me llamaste?

-Sí. De repente sólo quise escucharte.

-Eso me hace sonreír.

-Y ahora que te escucho quiero verte de nuevo.

-Ahora mismo estoy algo liado en el trabajo, pero me gustaría llegar a mi casa y encontrarte en ella.- Rebecca rió.

-Señor Shepard eso es imposible, aunque quisiéramos.

-¿Por qué?

-Su sistema de seguridad es casi infranqueable.

-Puedo arreglarlo.

-¿Cómo?

-Haré que pasen a recogerte a tu casa, pero de verdad quisiera llegar a la mía y verte en ella.

-Muy bien, estoy dispuesta a cumplir sus deseos.

-Entonces trabajaré muy duro, porque con ese aliciente sólo quiero llegar a mi casa.- Ella sonrió y colgó el teléfono.

Caminó a su guarda ropa y eligió un par de mudas casuales, también ropa seria y zapatos altos porque en algunos momentos Matthew prefería que salieran y no le gustaba desentonar, guardó todo en una maleta pequeña junto con su bolsa de maquillaje y esperó pacientemente hasta que efectivamente alguien llegó a recogerla, se trataba del asistente personal de Matt, un hombre de unos 30 años con tez blanca y contextura delgada, cabello negro y corto que respondía al nombre de Fabián.

Él no entabló ningún tema con ella, se limitó a ser educado, parecía tener ordenes específicas de no hacer ningún tipo de comentario, Rebecca se encogió de hombros, en realidad tampoco le apetecía hablar con nadie, se sentó cómodamente en el asiento trasero del auto y se dedicó a contemplar el paisaje por la ventana. Llegaron rápidamente debido a la cercanía de ambas viviendas, él tenía el dispositivo para abrir la puerta, subió su maleta al segundo piso, ella le pidió que la dejara en el cuarto de huéspedes, aunque dudaba que durmiera allí, pero no le gustaba que un desconocido supiera cosas concernientes a su intimidad con Matt.

Cuando Fabián la dejó sola, sintió el peso de esa enorme casa vacía, jamás había estado allí sin la presencia de Matt, vagó un rato por los pasillos repasando las pinturas, habían bastantes miles de euros gastados en las paredes de aquella casa, luego se sonrió sardónica, a decir verdad habían bastante millones de euros en toda la casa, punto. Luego se vio de nuevo en las escaleras que llevaban al segundo piso y se adentró en la biblioteca, observó los títulos de los estantes, algunos los conocía otros no, sin embargo se percató que había muchos libros en alemán.

Un ruido la hizo salir, allí lo vio, lucía un traje azul oscuro y una corbata vino tinto, la combinación aunque parecía extraña se le veía muy bien, pero lo que más la cautivó fue sus ojos color diamante. Él dejó el portafolio en el suelo y caminó hasta ella, alzándola en sus brazos y dándole un beso apasionado.

EL SEXTO MANDAMIENTO [TERMINADO] #Libro1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora