20 de Diciembre de 1806, París Francia, Mansión de los Cormac.
Shay ya era un joven de dieciocho años de edad, su mirada ya era firme y un poco fría, sus ojos eran algo grandes no mas que su tía, el cabello negro y hasta la altura un poco arriba de los hombros la cual amarraba con un listón rojo, barbilla un poco puntiaguda igual a su tío en sus años dorados antes de adquirir semejante barriga, de actitud un poco fría a veces pues desde la perdida de su madre, su padre se distanció de él sin importar el que pasaría con su hijo, provocando que a veces el tacto con Shay no fuera bueno y terminará actuando como su Lyria tratando de ser conquistada por cualquier hombre.
- ¡Mirate Shay!, ¡Que imponente! - Grito asombrado su tío Chris quien a pesar de los años lo único que cambio fue su mata la cual tenía canas arriba de las orejas.
- Siempre te sorprendes tío - Shay se miraba al espejo en el vestidor, se ponía su traje de gala de color negro con algunas sombras carmesí.
- Debes de verte ya como un hombre - Su tío lo tomo de los hombros y lo miró fijamente a la cara, no podía creer que veía al pequeño niño de hace años ya volverse un hombre.
- Lo se, debo dar la mejor impresión - Shay se notaba entusiasmado al mismo tiempo que se veía nervioso, pues la primera impresión nunca se olvida, en especial cuando se trata de la iniciación para entrar a la orden.
Salía del vestidor y notaba como la casa se transformo en un salón para recibir a los más grandes templarios que habitaban en Francia, también el nervio era provocado por una cierta invitada que vendría aquel día, Hope de La Serré, la chiquilla que nació a la par de Shay.
- ¿Acaso usaste colonia sobrino? - Lyria se acerco a Shay, ella no portaba alguna prenda formal, llevaba sólo su traje de misiones color vino con toques morados y aquellas botas arriba de la rodilla de piel color totalmente acordé a su uniforme.
- Tía, no estas vistiendo formal - Lyria lo miró con ojos de decepción y enojo al mismo tiempo.
- Me asignaron una escolta justo hoy - Respondió suspirando y sujetando su cintura con ojos cerrados haciendo una mueca de enojo, momento después Chris llegó con una caja de tamaño sobresaliente cargada en ambas manos.
- ¡Sorpresa! - A Chris siempre le emocionaban las cosas de este tipo.
- Este es un regalo de nosotros para ti Shay - El chico tomó la caja con aquellas manos temblorosas y enseguida abrió el regalo.
- Esto es..... ¡Muchas gracias! - Shay se abalanzó hacía sus tíos abrazando a ambos con la fuerza del sentimiento del momento a lo que ellos respondieron de la misma manera. Lyria siempre vio a Shay como su hijo después de la muerte de Rosie, lo quería más que a nada en el mundo, esas fueron sus palabras que una vez salieron de su boca y entraron a los oídos de Chris.
- Pontelas, estas en edad de usarlas - Chris en tono de orgullo pronunció aquella frase y al momento el chico saco el regalo de la caja, dos hojas ocultas con bordados templarios, una navaja que parecía haber sido apenas fabricada con un brillo increíble y como detalle final una escritura en la hoja izquierda que decía "Rogue".
- ¡Son increíbles! - Shay no podía creer que ese fuera su regalo, el esperaba alguna botella de vino de las que hablaba su tío o algún par de botas.
- Bien, debo partir ahora - La mujer secaba sus pocas lágrimas de felicidad de sus grandes ojos mientras se despedía de su hermano como solía hacerlo, un golpe en el brazo y un abrazo luego, de Shay lo abrazo una vez más y tomó camino a la puerta donde su carruaje ya la esperaba y solo se veía partir bajo ese cielo nublado.
- Bien, debo terminar los arreglos - Chris se marchó a la cocina dando unas palmadas al chico en su hombro.
El cielo se nublaba cada vez más, pocos truenos resonaban por el cielo, una lluvia era de esperarse aquel día.
- Haré que te sientas orgullosa - Shay se encontraba en el jardín de su hogar incado frente a la tumba de su madre donde había dejado unas flores de tonos violeta y blancas.
- Ella sería la más orgullosa de todos - Una mano tocó el hombro de Shay provocando una mirada hacía arriba de su parte para saber de quien se trataba.
- ¡Papá! - Sorprendido se puso de inmediato de pie, en ese momento un sentimiento invadió la mente del joven, sus manos comenzaron a sudar y sus latidos se aceleraron, tenía años de no hablar con su padre frente a frente.
- Eres todo un hombre hijo - Aquellas palabras llenaban aún más de sentimiento el pecho de Shay.
- No tengo palabras Shay..- El tono en su voz era de arrepentimiento, el haber perdido aquellos años con su hijo sabía que no podía recuperarlos jamás y que si el deseaba perdonarlo no podría ser fácil, sería un largo y muy duro camino pensaba Arthur.
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Assassin's Creed Héroes
FanfictionEsta es una historia hecha por un fan para fans de la saga y por el simple hecho de entretener y sacar a relucir una idea. La sangre de las antiguas leyendas asesinas y templarías han pisado la tierra una vez más y pronto el joven Shay se dará cuent...