Capitulo 3

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- Eli... Despierta ya llegamos. – Poco a poco abrí los ojos y vi a Jill maniobrando para aparcar. Bostece estirándome. Cuando aparcó  baje del vehículo antes que ella, mientras bajaba y cerraba el coche me fijé en que había muchas placas libres en ese garaje.

- Tienes pocos vecino?

- Si, es un edificio algo antiguo. No cobro tanto, sabes?

Le dedique una débil y cansada sonrisa. En ese momento mi móvil sonó, era Jessica. Puse los ojos en blanco e ignore su llamada.

- No vas a cogerlo? – Preguntó mientras íbamos hacia la salida.

- Prefiero no hacerlo... – Respondi medio cerrando medio ojos.

Subimos por el ascensor, Jill vivía en una sexta planta. El llegar a su apartamento me quede algo sorprendida, no estaba tan mal para ser un edificio un tanto viejo. La distribución era sencilla, un comedor que comunicaba directamente con una cocina medió abierta, había un balcón en el, algo pequeño, y el baño estaba dentro del dormitorio.

- Puedes acomodarte hoy en la habitación.

- Y tu?

- Me  quedaré en el sofá. Oye no te preocupes mañana ya veremos cómo lo hacemos.

Asentí. Lo primero que hice una vez Jill me dejo sola fue ir al baño, luego me limpie la cara y manos y me quite la ropa dejando solo la interior. Fui directa a la cama y me quedé dormida.

Un ligero olor a tortitas fue lo que me despertó. Abrí los ojos mientras me estiraba en la cama mirando a mi alrededor. Ya no estaba en mi casa y había perdido a mi familia. Un fuerte dolor en el pecho empezó a invadirme,  cogi aire profundamente para centrarme y cuando lo medio logre salí de la cama.

- Buenos días Elli. – Dijo Jill mientras me sentaba en la mesa frente a la cocina. – Tienes hambre.

- No, bueno un poco si. – Ella se dio la vuelta mirándome, arqueo una ceja.

- Vale mira hoy es mi día libre. Que te parece si vamos a comprar algo de ropa?

- Y no podéis sacar de casa la que ya tengo? – Pregunté respaldándome en la silla. No hico falta que me respondiera para saber la respuesta, era "no".

Jill se sentó frente a mí mientras me daba un plato con tres tortitas apiladas y un tenedor. No tenía mucha hambre pero el olor que desprendía aquello me la hacia tener.

- Que tal has dormido? – Preguntó empezando a comer.

- Bien, supongo. – Respondí dando un gran  bocado a las tortitas. No sé muy bien porque pero unas fotos en la estantería que estaba tras de Jill me llamaron la atención. Salía ella con otra chica abrazandose tiernas, también había unas parecidas en la mesilla de noche.

- Esa es tu novia? – Dije sin tapujos señalando las fotos. Ella casi se atraganta.

- Bueno... Lo era. – Respondió dándose la vuelta para ver la foto.

- Qué pasó? – Pregunté curiosa.

- Me engañó y ahora todo es complicado.

- Complicado?

- Si. Tú tienes... Pareja? – Me preguntó volviendo de nuevo su atención en mi.

- Tenía novia pero me dejo un día para otro, estaba loca, en el fondo me alegro.

Jill se rió.

- Y porque tienes las fotos si...

- Oye esto parece ya un interrogatorio. – Respondió acurando las tortitas, comía más rápido que yo pues para comer suelo tomarme mi tiempo y eso es mucho.

Alma de escarchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora