❝No muestres miedo frente a tus enemigos. Di siempre la verdad aunque te llegue la muerte. Protege a los desamparados y no hagas mal. Éste es tu juramento.❞
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✿ La protagonista oc tiene de nombre; Aynur Özak.
Rey Baldwin IV x Oc fem!
Fanfic de El R...
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— ¿Cenamos, señorita Özak?— pregunto, justo antes de guiarla al balcón.
— Claro, sin embargo, antes me gustaría ver a Ada. — expreso Aynur un poco timida.
— ¿Ada?
— Oh, perdón. — soltó una pequeña risa nerviosa—. Así se llama mi dragona.
— Con que es hembra —dijo el rey ante la noticia —. Por cierto, bonito nombre.
— Gracias
Fue guía por el mismo rey hasta la habitación de al lado.
— ¡Ada! — exclamó alegre justo cuando entro.
La pequeña dragona que se encontraba acostada sobre la cama tranquila comienza a revolotear alrededor de la joven mientras que está sonreía, hasta que se dirigió a sus brazos.
— Me alegro que estes bien.— le susurro, mientras no dejaba de abrazarla.
— Le había pedido a mis médicos que la revisaran porque al igual que usted, estaba en un mal estado, incluso tenía una ala perforada, — señaló dónde antes tenía un hoyo, ahora solo tenía una cicatriz — pero ella no dejaba que nadie se acercará, lo sorprendente es que después de unas horas su herida se curo.
— ¿En serio? — Baldwin asintió —. Wow, desconocía eso. En el convento ella nunca sale, las monjas no lo permiten, no quieren que haya algun accidente. Así que los únicos problemas que ha tenido es cuando se golpea con el techo, estos últimos meses ha crecido mucho.
— ¿Cuántos años tiene?— pregunto curioso el rey.
— No tiene ni uno, nació en mi cumpleaños número quince, tan solo tiene cinco meses.
— No me quiero imaginar que tan grande será de adulta— confeso Baldwin sin dejar de mirarla—. Será imponente.
— Eso espero, su majestad.
Aynur sonrió al escuchar el comentario del rey, esperaba que fuera así, que algún día Ada se convierta en una dragona fuerte e inmensa.
— Mi rey, perdón por lo que le voy a pedir pero, ¿Podría estar con nosotros en la cena? — cuestionó, dándole una mirada de suplica—. Le juro que no va a causar molestias, siempre es obediente conmigo.
— Claro — dijo sin problemas —, al fin de cuentas, eres mi invitada, puedes pedirme lo que quieras.
