¿Podrás Escapar De La Bestia? EN EDICIÓN.

-Perdóname...

Cuando volví al departamento, Carrie no preguntó nada, de seguro habían oído todo. Sólo me limite a sentarme y comer junto a mis amigos. Ellos hablaban sobre la universidad, o cosas triviales. Mientras yo sólo asentía, sonreía, o de vez en cuando decía algo.

Me ofrecí para lavar los platos sucios, para así poder distraerme un poco. Al principio Liam, me dijo que me fuera a dormir y él se encargaría de lavar todo. Pero me negué.

Salí de la cocina y Liam ya se iba, se despidió de mi, con un beso en la mejilla y luego le deseo buenas noches a su novia.

Me fui a mi cuarto y me tumbe sobre mi cama, hundi la cara en la almohada y solté un sollozo. No me gustaba llorar, no me gustaba que vieran lo débil, que puedo llegar a ser.

Miles de recuerdos llegaron a mi mente. Recuerdos de los 12 meses, que pase junto a Scott. El chico que era tan atento y amable con todos, se había convertido en un idiota. No había otra palabra para definirlo mejor. Aunque me duela nuestra separación, me tendré que acostumbrar, será lo mejor para mi y me centraré en mis estudios, en mis sueños, en mi futuro.

-¿Puedo pasar?-escuché que Carrie decía.

-Si...-dije con voz ronca, por tener la cara hundida en mi almohada.

Carrie entre y se acomodó a mi lado, en la cama. Tocó mi cabello y lo peino con sus dedos.

-Scott...-trate de entablar una conversación.

-Escuchamos todo, Alicia. No hace falta que digas nada. Estuvo bien lo que hiciste, es mejor así. Ese idiota sólo te estaba hundiendo en un pozo sin fondo-soltó mi amiga-Pero debiste darle las gracias a James, es la segunda vez que te ayuda y tu sólo le dices "No me llames cariño"-Carrie hizo una mala imitación de mi voz y prosiguió-Aveces quiero golpearte y después me arrepiento, sólo porque te amo-dijo y me dio un abrazo, uno de esos que te hacen sentir como nueva, de esos que te brindan seguridad. El abrazo que sólo una amiga como Carrie, puede darme.

Yo no dije nada, en todo el tiempo que estuvimos sobre mi cama. Después mi amiga soltó un bostezo y me indicó que iría a dormir. Me puse mi pijama y me volví a recostar, fundiendome en el sueño.

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Ha pasado más de una semana y no he sabido nada de Scott, aunque prefiero que todo este así. Sin saber de él. Por otro lado a James, no he podido darle las gracias, por haberme ayudado, con mi ojo y con mi ex novio. El chico sólo se limita a darme un asentimiento de cabeza y pasar por mi lado sin más.

Ahora estábamos de camino al centro comercial, junto a Carrie y Anna. Una chica sencilla y amigable, con la cual comenzamos hablar en el almuerzo, hace unos días.

Es viernes e iremos de compras, ya que habrá una de las primeras fiestas de una de las hermandades de la universidad y hemos sido invitadas, por Lucas. Sí, el chico que me lanzó una uva al ojo.

-Bien niñas, es hora de ir por nuestros vestidos-dijo Carrie y Anna aplaudió, como si de verdad fuéramos unas niñas chiquitas, yo sólo reí, por el gesto infantil de esta última.

Fuimos hacía un salón de bellesa. Donde nos arreglaron las uñas, nos maquillaron y peinaron, pero sólo con algo sencillo, ya que tampoco éramos extravagantes y no necesitábamos llamar la atención. Después nos fuimos en busca de unos bellos vestidos.

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-¡Apresurate Alicia!-gritó Carrie desde el living. Mientras yo terminaba de ponerme los tacones en mi habitación.

Mi vestido era de color burdeo, de más o menos 10 centímetros sobre la rodilla y en la espalda tenía un pequeño escote. Nada muy atrevido. Y por último mis tacones eran de color negro.