-Errores.

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Y aquí estaba yo, mirando a la nada, sentada en un taburete de la cocina. A mi lado esta James tomando un café y su abuela prepara otra tasa de té para ella.

Eleonor, la madre de James, después de casi tres horas llorando y gritando, se ha calmado y ahora esta en su habitación, pidió que la dejáramos sola y así fue. El padre y el abuelo de mi novio están sentados en el sofá de la sala, hablando de algún tema desconocido para mi. Pero yo no he dicho una palabra en todo este tiempo.

Son casi las una de la madrugada.

-James...-dije casi en un susurro. Él me miró-Yo...-se me hacia difícil hablar, mi garganta dolía-Yo puedo hablar con tu madre. Quizás puedo aplicar algún tema visto en mis clases con ella, sólo para ayudar a que se tranquilice y pueda dormir.

James volvió su mirada a la tasa de café y se quedo en silencio. Me sentí ignorada.

-Amor...-dije para que tomará en cuenta mis palabras, pero no funcionó-James...

-¡Callate Alicia!-dijo exaltado y le mire asustada-Sólo vete a la cama. Ya está solucionado-siguió hablando en un tono frío.

-¿Cuál es tú problema?-le pregunté cabreada. Yo sólo quiero ayudar y él me trata como la mierda.

-Te entrometes, Alicia. Ese es el maldito problema-se veía alterado y sus ojos estaban rojizos por la falta de sueño-¡Vete a la puta cama!-me gritó otra vez y se levantó de su asiento.

-¡Y tú vete a la mierda!-grite esta vez y me fui con dirección a las escaleras.

Había llegado a mi límite. No había razón para que James me gritara. Además yo sólo quería ayudar.

No alcancé a poner un pie en la habitación, porque escuche un sollozo proveniente de la habitación de al lado. Me acerqué y vi como Eleonor se abrazaba a sus rodillas y sollozaba. Aún lloraba por su hija.

Abrí la puerta lentamente y cuando se dio cuenta de mi presencia, seco sus ojos con la palma de su mano.

-Alicia...pensé que ya estabas dormida-me dijo con tono suave y amable.

-Estaba hablando con James en la cocina, no puedo dormir aún...

-Dirás peleando. Los gritos de James se escucharon hasta acá-Eleonor había escuchado todo, o más bien los gritos de su hijo-Siéntate y hablemos.

Caminé hasta la cama y me senté junto a ella.

-Mi Jay no es el mismo desde que Sky se fue...-habló Eleonor-Ahora se mete en problemas y bebe más alcohol de lo debido, antes lo hacia cuando estaba con sus amigos y jamás excedia los límites, pero ahora todo cambio-limpio una lágrima que caía por su mejilla y mis ojos se cristalizaron.

-No es necesario que me hable de esto, Eleonor-le dije.

-Lo es-me contradijo-James me contó de ti. Fue hace más o menos dos meses atrás, él estaba borracho. Ese día fue a casa y se encerró en la antigua habitación de su hermana y cuando entre, me habló de ti como si fueras la joya más linda del museo-me miró y sonrió-Pero dijo que debido a su idiotez, tú no lo querías ver-esta vez yo reí y una lágrima se hizo presente-Quizás un día lo dejes de querer por su forma de actuar y entenderé cuando te vayas de su lado-dijo y eso me había echo temblar. No me imaginaba lejos de James.

-No...no lo dejare-dije con tanta seguridad-Lo quiero, con sus grietas y...-no termine de hablar, porque la puerta fue azotada contra la pared.

-¡¿Por qué eres tan entrometida, Alicia?!-James medio grito.

Me levanté del lado de Eleonor y me quedé frente a frente con James.

-No quiero escuchar tu voz ahora, James-dije sin mas y me fui a la otra habitación, dejándolo con su enojo.

¿Podrás Escapar De La Bestia? EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora