Capítulo 2. La mentira oculta

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Mi estrella azul.

Capítulo 2

La mentira descubierta.

Si, el pequeño gatito significaba una gran catástrofe para él.

Pov. Normal.

El cielo comenzaba a despertar, dando los primeros rayos de sol, los cuales se colaban tras una ventana en donde parecían descansar un chico de cabello azulado. sin saber absolutamente lo que sucedía en cualquier parte del mundo, igual que un gatito soñador que se encontraba a su lado.

Pov. Aomine.

Estaba demasiado cansado no quería levantarme, pero tenía que ir al trabajo, lo mejor del trabajo es que solo trabajo un día, el fin de semana y en la mañana, ya que no iba a la universidad.

Me desperté, para encontrarme en la sala de mi departamento; vi el reloj y marcaban las nueve y media de la mañana, tenia que comenzaba a prepararme si no se me haría tarde. Intenté estirarme, y para mi sorpresa me encontré al pequeño gatito acurrucado a mi lado aun dormido.

Lo acaricié por un momento y empezó a ronronear, al parecer el calmante si había funcionado, me dirigí al baño para prepararme para el trabajo.

Pov. Kuroko.

Sentí como alguien me acariciaba la espalda, me sentía en la gloria. Comencé a ronronear, pero así como llego se fue la sensación y gracias a eso comencé a despertarme.

Escuche como alguien cerro una puerta y que ahora me encontraba solo en aquel departamento.

Me estiré y fui a curiosear. Ya no me dolía tanto mi costado, pero aun así tenía cuidado de no saltar tan alto y no hacer acrobacias dignas de un gato.

Lo único que me faltaba por investigar eran las habitaciones que solo eran dos y aun así sentía una gran curiosidad, por una en especial ya que de ella emanaba una fragancia muy sutil a madera y a menta.

Salí de mis pensamientos bruscamente, ya que mí salvador me termino cargando.

Me sorprendió bastante porque en ningún momento me percate de que había salido del baño.

-¡Hey! ¿Qué andas haciendo tú por aquí? – Su color de cabello era de un color azul marino como el cielo nocturno, su tono de piel morena, la cual hacía resaltar sus ojos del mismo tono que de su cabello.

No podía negarlo era una persona muy atractiva.

- Sí que eres travieso. - Tenía la toalla enredada en su cintura, tenía el cabello mojado lo cual lo hacía verse mucho más atractivo, aunque me estaba mojando mi pequeño estómago pero valía la pena.

Me llevó lentamente a la sala donde me había despertado. - Ven tenemos que darte tu medicina.

En la mesa había una bolsa y varias cajas que suponía eran mi medicina; De ellas sacó un frasco que vacío en un plato de leche.

Agarró un gotero y trató de abrir mi hocico que por supuesto no lo logró ya que tiré la mordida y salté lejos de él.

-Supongo que esto va a ser más difícil de lo que pensé.

No entendía porque me cuidaba solo era un simplemente gato moribundo que recogió de la calle el cual tuvo una pésima suerte al encontrarse con otro gato. De pronto el timbre se escuchó en todo el departamento, aquel chico fue rápidamente atender el llamado.

-Demonios avisa antes si vas a venir.

-Deja de estar molestando, además si te hablo no contestas el maldito celular. – Era un chico pelirrojo y alto como el, a diferencia de que su piel era blanca.

Mi estrella azul (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora