Capítulo Sexto | The Penetrators.

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RUMOURS.
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Capítulo Sexto | The Penetrators.

[VIERNES 6:59 P

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[VIERNES 6:59 P.M.]

Se supone que debía estar disfrutando, bailoteando, y sintiendo como el alcohol hace efecto en mis venas, pero estoy tendida en un sillón blanco de escopiel, perforando mi organismo con gritos destemplentados, sonidos estridentes, y un pútrido hedor a humanidad que está comenzando a irrumpir en mi cavidad nasal.

Los varones, pertenecientes al reputado grupo que había organizado la juerga en desfase, enfundados en oscuras sudaderas con diseño propio, embriagaban sus arterias con litros de cerveza; Ingrid y su séquito de, por usar un término menos soez, golfas, presidían el centro de la sala, aspirando atraer presas desesperadas con el seductor meneo de su cuerpo femenino, la escena en realidad, era irrisoria. Sin embargo, el grotesco espectáculo parecía engatusar a los jóvenes penetradores, que babeaban como un niño ante un pastel, entre ellos, el cretino del sombrero, cuyos ojos me cazaron observándole.

Rauda, desvíe la vista hacia cualquier otro punto distante al joven, colisionando por accidente con los ojos flemáticos de William, sin disuadir el casual encuentro de miradas tomó un pequeño trago de su copa de vino.

Pegué un brinco del incómodo sofá, donde en vez de sentarte, te hundías entre los asientos. El inesperado movimiento, atrajo la atención de las dos muchachas que previamente compartían una conversación sugestiva sobre la estancia de Noora en la ciudad de Madrid, lugar en el que estuvo viviendo durante una temporada.

—¿A dónde vas?. —Eva, cuyo indomable cabello rubio-fresa estaba recogido en una coleta de lado, me sostuvo la muñeca con delicadeza, para que entre tanto barullo me percatase de que la pregunta iba dirigida a mí.

—Voy a por un vaso de agua.

Con un gesto de asentimiento, cedió libertad a mi articulación móvil, concediéndome permiso para hidratar mi organismo. Eva, no estaba dispuesta a estar separada de mí durante la noche, no quería enfrentar sola las muecas ofensivas de Ingrid o el futuro asalto inopinado del cretino del sombrero. No obstante, confiaba en Noora, y sabía que la dejaba en buenas manos.

Rebusqué entre la diversidad de armarios de la cocina, hasta localizar un estante repleto de vajilla a recién estrenar. Dejé que el agua tibia mojasé la yema de mi dedo índice, acto seguido, coloqué el recipiente de vidrio bajo el grifo.

Abstraída en la variedad de imanes adheridos a la nevera, desatendí el llenado del vaso. Este tipo de percances me solían pasar a menudo, mi nivel de concentración era escaso y me distraía con facilidad, incluso con un simple pájaro sobrevolando el cielo.

Rumours || Skam » Chris Schistad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora