Antes de saberlo, el amor ya tocaba mi puerta, y es que mientras el mundo giraba y las apariencias hacían de mi una persona que ahí encajaba, mi ser interior, por el contrario, seguía pedido y desencajado de él. Mientras ignoraba la llegada de aquello, que después encendería mi ser, el amor observaba desde afuera, como aquél que con mirar tiene motivos para reír, que es feliz con la existencia de esa persona, y que a pesar de que no le corresponde de la misma manera, simboliza algo especial. Cuando me di cuenta, y atendí al llamado de mi puerta, lo dejé pasar, disfruté de su compañía, descubrí que alguien me quería, y que genuinamente también podía querer, que sin rozarme ya me había tocado, y que sin haberle dado un beso, ya se había flechado, fueron muchas cosas bonitas, había color y el sol siempre brillaba, en fin, fui feliz, por supuesto, pero una vez mas, me dominó lo exterior, y por esa misma puerta me fui en compañía de muchas cosas, de tantas, menos del amor...recorrí muchos caminos, creí vivir intensamente con mis emociones, tal vez no vi ese mismo sol brillante, ni aquellos colores tan bonitos, pero en pago a eso, creí sentirme libre y sin complicaciones, quise ver mi felicidad en otras cosas, creyendo que en realidad, ahí estaba. Tras pasar el tiempo, me sentía como las aguas de una laguna, la serena brisa de una tarde, fría quizás, pero tranquila al fin, de vez en vez, la vida parecía darme señales intermitentes de un posible ventarrón, quizás no para una tormenta, pero si para algo que estremecería mi calma, sin embargo, yo seguía siendo esa persona, que mientras el mundo gira, sigo aún buscándome en el interior, sin saber si se ha parado, o si, por ejemplo, han vuelto a tocar la puerta; por causalidades y no casualidades de la vida, quien una vez tocó mi puerta, apareció frente a mi ojos, como era de esperarse, no hubo algún cambio en mi, al contrario, fríamente e inmerso en la sorpresa del reencuentro, la espontaneidad de charlar sin siquiera considerar lo que una vez en el pasado significó tanto, salió tan natural, evidentemente cada quien tenia su rumbo hecho, y su vida realizada, pero...después de ello, unilateralmente ese encuentro fue un estimulante para ese amor, que desde el primer momento aún existía, latente y genuinamente vivo; una llamada me hizo regresar y confirmar que era cierto, y que por años había sido amado de las misma manera y con el mismo furor de la primera y única vez, pues obviamente, no había muerto en ningún momento aquel sentimiento, evidentemente había vuelto a tocar la puerta, pero esta vez, la escuché y no le abrí, no porque no quisiera, simplemente sigo perdido en una encrucijada donde no estoy seguro de querer salir.
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Mi Cuaderno
RandomEste es mi cuaderno, te doy permiso de que lo leas y te identifiques. Aquí hay un mundo en letras que te llenará de emociones, y de alguna u otra manera, ayudará a captar tu atención.