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La pequeña Annette siempre fue una niña bastante

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La pequeña Annette siempre fue una niña bastante..."peculiar". No soportaba el convivir con otras niñas, "no saben jugar...como yo..." era suficiente excusa para ella y no era solo que ella no quisiera jugar con las demás sino, más bien, que nadie quería jugar con la pobre Annette.

¿Por qué no pueden comprenderla? ¿Acaso nadie sabe jugar de la manera correcta? Solo Loraine...

Loraine en definitiva era la mejor amiga de Annette y la única. Todos los días jugaban en casa de Annette y se divertían como si no hubiera nadie más viéndolas...muy lindo...pero...¿cómo se divertían?...oh, eso es algo que los demás no podían saber o por lo menos trataban de mantenerlo en secreto hasta que alguien las descubría y salía corriendo y gritando de horror, típicas travesuras de niñas. Claro que las ideas más escalofriantes siempre eran de Loraine "Loraine me ha obligado, yo no quería pero fue divertido" "yo no fui, Loraine tuvo la idea" y aunque las travesuras eran por sí solas horripilantes lo que ponía los pelos de punta a todas las niñeras y personal de la mansión Ravenscroft era el hecho de que Annette jugaba sola, la tal Loraine a quien tanto culpaba nunca hacía acto de presencia y esto los llevaba a tener sus dudas sobre la situación mental de la pequeña. Lo habían comentado por lo menos un millón de veces con los señores Ravenscroft pero ellos se negaban a creer que "su angelito" fuera capaz de las atrocidades por las que se le acusaba, tanto Rebecca como Stephen estaban tan inmersos en llevar los negocios de la familia que jamás ponían atención a las peculiaridades en la conducta de Annette.

Polette era la principal encargada de cuidar "al mounstrito", si, era ese el apodo que se había ganado entre el personal. Era una joven mujer de cabellos azabache con unas cuantas canas como producto de cuidar al pequeño enjendro y poseía unos profundos ojos igual de oscuros que su cabellera rizada, esos ojos eran capaces de doblegar la voluntad de cualquier ser viviente...a excepción de Annette. Llevaba por lo menos tres años cuidando de ella y ya comenzaba a exasperarse de la situación..."cada día más desastre que limpiar, más sangre que limpiar" pero aún así era quién más había durado a cargo de la pequeña y eso se debía en parte a que recibía el sueldo más alto de entre cualquier otro encargado de la casa.

Annette, cabello rubio ligeramente ondulado algunos días y perfectamente liso en los buenos momentos, de tez blanca casi mórbida que hacía resaltar la concentración de sangre en sus labios carmín dando a relucir su característica sonrisa traviesa y esos ojos esmeralda adornados por largas pestañas que hacían la perfecta combinación para volver loco a cualquiera. Nadie podría imaginar que ese ángel podría algún día dañar siquiera a una mosca, y era cierto, no hacía nada a las insignificantes moscas...pero probablemente alguna vez colgó a un conejo de su balcón, metió al gato en la licuadora, envenenó a su perico y desapareció al perro de algún vecino...podría ser...eso era algo de lo que nadie podía hablar fuera de la mansión Ravenscroft si sabía lo que le convenía.

Annette, estoy aquí...¿quieres jugar conmigo?

LoraineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora