-Yo no lo hice.- enfatizó cada palabra.
Levantó la mirada, observándola con severidad -¿Entonces quién?- Pollete parecía querer arrancar cada uno de sus cabellos azabache -no creo que el jodido gato haya decidido partirse por la mitad él mismo.
-Te...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Un día brillante de verano, el sol brillaba con tal intensidad que parecía iluminar cada rincón de la enorme mansión pero eso no importaba en realidad ya que lo verdaderamente interesante estaba aconteciendo en el patio trasero. Era justo la hora del té y no había nadie mejor que Annette organizando sus perfectas reuniones...junto con Loraine claro. Una gran mesita redonda con un bastante bonito mantel blanco adornado con algunos bordados rosas estaba siendo preparada por la pequeña Annette mientras Loraine "preparaba el té", en realidad solo colocó agua dentro de la tetera de porcelana, todos los peluches vestían sus ropas más elegantes y se encontraban teniendo una interesante charla sobre lo agradable que se encontraba el clima ese día. Una vez todo estuvo perfectamente preparado (perfectamente quiere decir "PER-FEC-TA-MEN-TE", Annette era un poco obsesiva en cuanto a sus cosas) las dos pequeñas tomaron asiento en las sillas libres y Loraine comenzó a servir el té para cada uno de los distinguidos invitados.
-Señora osa, es muy bonito su collar, ha elegido muy bien su atuendo el día de hoy.- Annette tomó un sorbo de el magnifico té que Loraine había sido tan amable de preparar.
-Por supuesto que es lindo, la he vestido yo.-Loraine habló orgullosa de su excelentísimo sentido de la moda y sonrió triunfante -¿Les ha gustado mi té a todos?
Annette frunció el entrecejo ante la actitud egocéntrica de Loraine y blanqueo los ojos -Solo lo decía por cortesía, en realidad el vestido de ayer lucía mucho mejor y si combinaba con su sombrero.
-¡Claro que combina!...y el vestido de ayer la hacía ver gorda.- alzó una ceja, claro que quería hacer molestar a Annette.
-Tú no sabes nada de moda Loraine, mira como has dejado al pobre Pingüino.- señaló el peluche con indignación.
-Solo son peluches, deberías ver como estás vestida tú...- susurró en tono molesto, suficientemente alto para que Annete escuchara.
-¡Cállate!- se levantó de golpe y tumbó la mesa, haciendo volar la vajilla fina por los aires junto a algunos desafortunados invitados.
Loraine, consternada por las acciones de Annette, retrocedió para no ser golpeada por algún plato o por la mesa y después trató de recoger todo lo que cayó a piso...lo que no estaba roto -Demonios Annette, ahora debo recoger este desastre.
La ignoró y se dirigió hacia el enorme árbol del otro lado del jardín para sentarse y llorar, Annette era muy especial con sus cosas y lo peor que se podía hacer era criticar sus atuendos. Pasaba gran parte de la mañana buscando y combinando sus vestidos de colores con algún gigantesco moño y unos bonitos zapatos, pero por obvios motivos no siempre le salía tan bien (los niños de 5 años no son distinguidos por vestirse bien, en realidad casi todos los niños a esta edad ni siquiera se visten solos pero Annette en verdad odiaba que Polette la vistiera) pero ante sus ojos no había nadie mejor vestido que ella misma y le resultaba la peor de las ofensas lo que Loraine acababa de decir. Lágrimas ardientes resbalaban por las enrojecidas mejillas de la pequeña cuando Loraine se acercó a ella para tratar de enmendar su error.
-Ann...lo lamento en serio.- se sentó junto a ella y la abrazó -creo que te ves muy bonita y el vestido que escogiste ayer para la señora osa era hermoso.- dijo con un puchero.
-Lo sé. - sonrió.
Ambas niñas se abrazaron y una brisa recorrió el lugar haciendo caer unas cuantas hojas del árbol y trayendo consigo el deleitante aroma de la tarta de manzana de la señora Hemmings (la cocinera).
-Huele bien.
-Bastante.
Las pequeñas estaban dispuestas a entrar a la casa en busca de un poco de aquel manjar pero en el instante en que se pusieron de pie un desafortunado pajarito cayó frente a ellas «vaya mala suerte de aquel pobre animal».
-¿Qué tal si antes de comer...jugamos algo divertido?- sonrió maliciosamente.
-Ahh, pero ya tengo hambre.- replicó la rubia.
-Ya comeremos después, así la tarta no estará tan caliente, anda, quiero jugar.
Annette hizo una mueca y luego asintió -Bien.
Loraine tomó al pájaro que se encontraba herido de un ala y lo examinó por unos instantes.
-¿Qué quieres hacerle ahora?
-Está herido, de cualquier forma morirá...mejor juguemos con él...
Se miraron mutuamente y sonrieron para después darle al pobre animal su trágico final. Al terminar su magnifica obra de arte se les veía muy satisfechas, que hermoso que había quedado ahora, quitaron varias de sus plumas y atravesaron una barita de madera desde el pico de éste hasta algún punto de su estomago.
La sra. Hemmings salió a avisar a Annette que había preparado una tarta cuando hizo el hallazgo de la escalofriante escena, dio un pequeño grito y cubrió su boca con ambas manos tratando de reprimir el asco.
-¡Annette!- se dirigió molesta hacia ella y la tomó por el brazo derecho -¿qué has hecho?- la miró sorprendida y bastante horrorizada.
-Solo estábamos jugando.- respondió en tono tranquilo.
-¿Tú y quién? -insistió, aunque ya sabía la respuesta.
-Con Loraine, fue su idea.- señaló a Loraine con un puchero en el rostro.
-¡Claro que no!
-Claro que si.- replicó Ann a la nada.
-Ann, linda, ya te hemos dicho que Loraine no está aquí.
-Shhh, la hará molestar...
La sra. Hemmings se agachó hasta quedar a la altura de Annette y tomó su rostro ente sus manos con la mayor delicadeza posible -Pequeña...¿alguien más ha visto a Loraine alguna vez?
Annette agachó la mirada -No.
-Entonces no es real.
-Por favor, no diga eso, a ella no le gusta...no la haga molestar...por su bien.
La mujer sintió un escalofrío recorrerla así que solo tomó a la niña y la llevó dentro para que Polette pudiera limpiarla y cambiar sus ropas que se hallaban manchadas por su "pequeña travesura".