CAPITULO DOS

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CAPITULO DOS

El odio

Si algo había aprendido Jeonghan con los meses que llevaba en Pledis, es que a la única persona a la que jamás debía molestar era al demonio andante —llamado así por Soonyoung— alias Lee Jihoon, y él realmente lo había intentado, mantenía un trato cordial con el joven de cabellos oscuros que siempre parecía estar más tiempo de lo normal en clases privadas con los profesores de Pledis, quien ensayaba más tiempo del adecuado por que según le habían contado; Jihoon antes no era tan buen bailarín —aunque Jeonghan mucho no se lo creía— es decir, Jihoon estaba casi al nivel de Soonyoung, le costaba creer que antes hubiera sido el baile su punto más débil.

La cuestión es que desde que había ingresado a Pledis, Jihoon lo había tratado con relativa cordialidad, se notaba que el muchacho no era muy abierto a sociabilizar con los demás a diferencia del resto, pero era cordial e intentaba al igual que todos, hacer que se integrara con más fácilidad al grupo aunque como decía Seokmin «Que mejor manera para integrarse que salir con uno de los miembros» y todo era risas y diversión, hasta que Jeonghan se comenzó a cansar de la situación porque empezó a sentirse cada vez más incómodo, y presentía con cada día que pasaba que estaba cometiendo un gran error.

Seungcheol solía esperarlo en el lobby de la compañía para que entraran juntos, le sonreía y platicaba de muchas cosas. Seungcheol era un gran conversador, uno de esos chicos innatamente populares y agradables, de esos que le agradan a todo el mundo. La cuestión es que Jeonghan se sentía a gusto con él, pero él no era Joshua, él no lograba enamorarse de Seungcheol y cuando nadie lo veía y mientras se sentaba en una pequeña esquina del salón junto al mayor, secretamente y de reojo, siempre, se encontraba mirando a Jisoo: Jisoo cantando, Jisoo en la computadora, Jisoo jugando con Jun, Jisoo tocando la guitarra para Jihoon, Jisoo haciendo tantas cosas sin él.

Jeonghan extrañaba a Jisoo.

—¿Sabes que no porque estemos saliendo tienes que alejarte de tu mejor amigo, verdad?

Seungcheol se lo había comentado con una expresión divertida en el rostro y Jeonghan había girado sorprendido y culpable.

Lo había encontrado mirando a Jisoo y aunque no fuera algo realmente malo, tenía miedo que Seungcheol pudiera leerlo y notar lo mucho que le gustaba Joshua, casi, casi al punto de estar enamorado.

—No, yo no...

—He notado como lo miras cuando está con los demás. —Seungcheol se había acercado un poco más, tomando sus manos suavemente— Jeonghan sé que soy la primera persona con la que sales, así que dejame decirte que no porque estemos saliendo debemos pasar el día entero juntos, digo, tampoco somos Mingyu y Wonwoo que se la pasan el día entero tomado de las manos—. Jeonghan entonces sonrió divertido— Puedes pasar tiempo con Jisoo, con Channie, con quien quieras. Somos todos amigos, y es normal que quieras convivir con alguien más a parte de mí.

—Ay por dios, dejen de ser tan melosos.

—¿Acaso van ser algo así como el Meanie 2.0?

De pronto tenían a Seungkwan y Hansol, quienes los miraban desde unos pasos más adelante con cara de asqueados mientras Hansol se apoyaba en los hombros de Boo y fruncían el ceño.

—Mocosos, algún día les gustará alguien y los veré igual de melosos.

—¡Jamás!

—¡Jamás!

La manera en que los dos menores habían hablado al mismo tiempo, casi con la misma expresión de asco había logrado hacer reír a los mayores. Sin embargo Hansol y Seungkwan solamente se habían alejado después de eso. Más bien Seungkwan había rodado los ojos mientras se alejaba indignado y Hansol, sobre la base de la costumbre, había ido tras él.

Breves rasgos de un gran (des)EnamoramientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora