CAPITULO ONCE

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CAPITULO ONCE

El alcohol

A Seungkwan le gustaba bailar, le gustaba bailar mucho, puede que no sea el mejor de los bailarines pero definitivamente disfrutaba bailando, quizá era esa energía latente que siempre tenía en el cuerpo y que cuando escuchaba música lo hacía moverse de inmediato y sonreír enardecido por el calor del momento y la forma en que incluso se sentía más relajado. Lo hacía olvidarse de los problemas, lo hacía sentirse más libre. Lo liberaba.

Muchas veces, la música incluso aunque desconocida, lo hacía moverse instintivamente y él gozaba y se divertía. Y reía entusiasmado mientras Seokmin le contaba cosas extrañas que le habían pasado en el día a día con sus clases o sus compañeros o las tonterías que hacía. A veces, en momentos como esos a Seungkwan le gustaría ser como Seokmin, a Lee no le importaba demasiado lo que el resto de las personas opinaran mientras él se sintiera contento, Boo en cambio aún tenía muchas reticencias con la mirada de la gente.

Pero Seokmin, como siempre, le inyectaba alegría a su vida y lo hacía sentirse incluso más entusiasmado de lo normal mientras se movía al compás de la música con él.

Sin embargo, Seokmin y Soonyoung siempre habían sido algo peligroso. Seungkwan lo sabía más que bien, siempre eran los tres para arriba y para abajo haciendo locuras, pero Seokmin y Soonyoung eran peligro. Escrito con mayúsculas y en neón. Así que luego de que Nana se marchara, aproximadamente unos veinte minutos después, Seungkwan había notado la ausencia de ambos y cuando los encontró ambos habían aparecido sonrientes, escondiendo algo entre sus manos y mostrándola como si se tratara de una travesura.

Seungkwan nunca había probado alcohol, pero tenía metido en la cabeza que quería vivir todo lo que un adolescente normal hacía, antes de que debutara y entonces todo fuera más complicado. Así que, aunque tenía a su madre en la cabeza segundos antes de que se llevara la lata de cerveza a la boca, decidió ignorar todas las señales de autodefensa y bebió de golpe un buen sorbo. Entonces todas las reglas quedaron en el olvido, sus mejillas se pusieron rojas y las sonrisas afloraron en su rostro casi de inmediato mientras sentía la necesidad de bailar y divertirse.

Seokmin se había quedado a su lado cuando la lata se hubiera acabado y Soonyoung dijera que quería ir a bailar con alguien que le siguiera el ritmo luego de que Seokmin se negara a salir a bailar asegurando que prefería cuidar a Seungkwan quien reía divertido por cualquier cosa. A Seungkwan no le importó demasiado el que Soonyoung se marchara con un puchero en la boca buscando alguien con quien bailar. La víctima de su adrenalina fue Doyoon y observándolos a ambos Seungkwan sintió la necesidad de incorporarse a bailar mientras Seokmin lo miraba divertido.

Unos pocos metros más allá, Dongjin se encontraba sentado en uno de los asientos cerca del mesón de la cocina mientras miraba de reojo a Hansol, quien sentado a su lado y con un vaso de soda en la mano miraba a Seungkwan y Seokmin bailar en la mitad de la sala. Hansol tenía el ceño fruncido y una mueca en la cara. Para Dongjin todo resultaba tan divertido, que bien o mal esta fiesta le sonaba al mejor de los recuerdos que tendría en toda esta etapa.

Pero lo divertido aquí era Hansol que aún refunfuñaba molesto porque obviamente había notado la lata de cerveza que Soonyoung y Seokmin habían llevado hasta el pequeño Seungkwan. A Hansol no le importaba ser él, el menor, para él Seungkwan era como un niño pequeño que necesitaba ser protegido, pero sabía también que si interrumpía el momento y evitaba que Seungkwan bebiera, Boo estaría de mal humor el resto de la noche y muy seguramente no le hablaría por el resto del mes. Por eso en la distancia, prefería cuidarlo.

-Bueno, ya basta -Dongjin se había levantado de su asiento, dejando su vaso con soda en el mesón y jalando a Hansol del brazo aún si el mayor lo miraba un poco sorprendido- Es hora de quitarte ese mal humor, hyung.

Breves rasgos de un gran (des)EnamoramientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora