POV Cobalto
Ahora que el dragón despertó es el momento de reducirlo a un montón de huesos rotos.
Cobalto: Ruge todo lo que quieras maldita lagartija que de hoy no pasas.
Salté en dirección a su cabeza, pero no llegué, pues de un zarpazo me estampó contra una nave y acto seguido levantó el vuelo.
Cobalto: No sé que se te pasó por la mente, ¡pero yo no soy un cromo!
Me volví a lanzar contra él, y esta vez sí que me agarré a él. Una vez encaramado a su pecho, me moví hasta su espalda para cortarle sus alas.
Cobalto: Eso parece importante.
Con mi Thunder Bolt le corté las alas e iniciamos el descenso en dirección a las ruinas del instituto Beacon.
Cobalto: Abrochense los cinturones, vamos a realizar un aterrizaje forzoso
Tras esto, nos estrellamos contra lo que quedaba del instituto Beacon.
POV narrador
De los escombros salieron tanto el dragón como Cobalto. Ambos no presentaban graves heridas por el impacto.
Se podía notar que el dragón estaba muy cabreado con su enemigo por lo de las alas, a lo cual este le respondía con la típica media sonrisa y un gesto de provocación. Eso no hacía más que airar al reptil que comenzó a atacar con fuego.
Cobalto: ¡Qué no soy una chistorra!
Y así seguía la batalla a muerte; con feroces ataques por parte del reptil y con comentarios carentes de gracia por parte del fauno.
Cobalto: ¡Te he oído!
Narrador: Tu a lo tuyo que te matan.
En fin, Cobalto seguía evadiendo los ataques o los bloqueaba lanzando escombros. Tal parecía que esta batalla iba para largo.
Por otro lado los demás frentes abiertos ya estaban cerrados. Aquí la pregunta era (y es), que narices hace el protagonista que no mata al reptil de los huevos.
Cobalto: Vale, vale, he captado la indirecta. No soy tan idiota como Angus.
Y al final se lanzó una última vez para poner el punto y final al combate.
Cobalto: King of God's... Punch!
El tremendo puñetazo destrozó todo el esqueleto del reptil, a tal grado fue que se podían ver varios huesos rotos salir del inerte cuerpo. Por el otro lado, Cobalto también se había hecho daño.
Cobalto: ¡Joder con el maldito recoil!¡Por eso quería que se cansara para que me costase menos matarlo!
Y mientras él se retuerce de un agudo dolor en el brazo derecho, sus compañeros y su maestra lo buscaban con relativa tranquilidad.
Cobalto: No me jodas. Y no se pueden dar prisa?
Con el grupo de Raven
Raven, Alma, Omega y Syrah se encontraban a unos doscientos metros de donde su compañero yacía, pues el dolor le impedía moverse.
Cuando estuvieron lo suficientemente cerca de nuestro adolorido protagonista escucharon cientos de gritos maldiciendo a todos los dioses existentes y al árbol genealógico de su demacrado enemigo.
Raven: Creo que lo encontré.
Ahora que conocían la posición de Cobalto aceleraron el paso. Pero Alma fue demasiado rápido y no pudo evitar pisarle la mano.
Cobalto: Yo te maldigo sádico narrador.
Alma: Con quién hablas?
Cobalto: Déjalo, no creo que lo entiendas.
Y así fue que se llevaron a su amigo a casa de Raven para que se recuperase, y , de paso, celebrar una pequeña fiesta por la victoria.
Omega:(ebrio) Y que cumplas muchos más! Hip.
Raven: Que poco aguante, solo se ha tomado diez.
Syrah: Pero cuantas lleva usted sensei.
Raven: Por lo menos veinte.
Alma: Tiene un serio problema con el alcohol.
Cobalto: Pues mejor que no lleves a mi madre de bares. Ella si que tiene un gran aguante, la última vez que recuerdo que lo hicieron cerró ella sola siete bares y aún no parecía estar borracha.
Raven: Seguro que si tú lo intentases tendrías casi el mismo aguante.
La fiesta siguió hasta muy entrada la noche para Raven y Omega, quienes eran vigilados por Alma. Por su parte, Cobalto trató de dormir algo y Syrah se quedó completamente K.O. en el salón.
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Dimensiones Alteradas
RandomEn un tiempo posterior al segundo Big Bang, una chica se encontrara con alguien que la llevará a través de las dimensiones para restaurar el orden perdido.