Dimensión BNHA. Semifinales y final.

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POV narrador

Cobalto seguía con su siesta mientras Iida se estaba enfrentando a Todoroki. Aunque esta vez se despertó antes de que el combate acabase, puesto que ya había recuperado sus horas de sueño.

Ya despierto decidió dar una ojeada a que estaba haciendo Syrah. Y se asustó bastante, la que una vez fue su compañera estaba masacrando a todo un planeta en la dimensión Borderlands. Tal era la escena que vio que sintió pena por los empleados de Maliwan que se encontraban en ese planeta. Vale que el los hubiera matado también, pero de un disparo en la cabeza no de aquella forma.

Cobalto:(en un susurro) Ya está en un punto de no retorno; se ha vuelto una yandere.

Los que estaban al lado suyo no sabían que era lo que decía, pero cuando vieron su rostro decidieron que no querían saber nada de eso. Si a él le daba miedo, entonces no han de involucrarse.

Poco tiempo después fue llamado para realizar su combate de semifinal. A si que aprovecharía para olvidar lo que vio y hacer enfadar a Bakugo hasta que se aburriera. Con esa idea en mente subió a la arena y espero a la señal de inicio.

Cuando fue dada, se transformó en un trevenant, un Pokémon usado en un estilo de combate bastante molesto; el stall. Cobalto sabía que el movimiento explosión (la base de los ataques de Bakugo) es de tipo normal, por ende, un tipo fantasma no recibiría daño alguno.

Y su maravillosa idea era quedarse ahí de pie usando drenadoras, bola sombra y tóxico. Lo iba a derrotar a base de dar asco. Y vaya si era efectivo, cabreó tanto a Bakugo que de una de sus exploraciones casi revienta el campo de batalla, y Cobalto seguía ahí de pie como si no hubiera pasado nada.

Se lo estaba pasando en grande, incluso llegó un punto en el que no pudo aguantar más la risa y se puso a dar ruidosas carcajadas a pleno pulmón. Realmente necesitaba esto, era la mejor terapia después de ver a Syrah en aquel planeta con sus poderes.

Al final, Bakugo cayó por el veneno y se lo llevaron a la enfermería. No se tardó mucho en extraerle las toxinas, pero estaría un largo rato descansando; más por las explosiones excesivas que por el propio veneno. Y en cuanto a la arena, tardarían un rato en reparar el daño causado por el enfrentamiento anterior.

Reality: Vaya que le hiciste enfadar.

Cobalto la miró con una leve sonrisilla en el rostro. Podía haber ganado el combate de una forma más rápida y sencilla, pero realmente necesitaba esas risas. Reality lo miró sin saber exactamente como reprenderlo, nunca le había hecho mucho caso a nadie (a excepción de su madre) en términos de recibir cualquier tipo de regaño. A si que suspiró y desistió en el intento de corregirle.

Cobalto: Tranquila, el siguiente será más rápido y menos molesto.

Ella dió otro suspiró y lo dejó solo. Ya había tenido suficiente por hoy.

Ahora él estaba esperando a que le llamaran para la final, y como no sabía que hacer, volvió a ver qué estaba haciendo Syrah. Una muy mala idea, ahora ella estaba desnuda dándose un baño con la sangre de los que había masacrado como agua y las tripas como esponja. Casi vomita lo que comió ese día. Estaba claro que lo que ocurrió en la dimensión Halo fue la chispa que prendió la mecha de su inestabilidad mental, ¿y la gota que colmó el vaso? Probablemente el hecho de que reaparecer después de que Zeno lo hubiera borrado.

El aviso de el inicio del enfrentamiento final trajo al chico de vuelta a la realidad. Tras este festival escolar desaparecería del radar, cambiaria su aspecto, mantendría su poder contenido y al mínimo y se iría a una dimensión en la que nunca pasará nada peligroso o importante, una en la que pudiera esconderse a la visita de todos y que nadie sospechara nada. Esto era lo que pensaba cuando Todoroki lo congeló con un movimiento.

Desde dentro del hielo se transformó en darmanitan y de un envite ígneo salió del hielo y sacó a Todoroki de la arena.

Cobalto: Si no piensas usar todo tu poder no esperes que me moleste en hacer esto en serio.

Cobalto ganó el en el festival escolar. Aunque nunca se le volvió a ver en esa dimensión después del mismo. Se había marchado a un lugar donde nunca le fuesen a buscar. Y menos mal, porque Syrah acababa de llegar a la dimensión de la que él se había ido.

Syrah:(con voz de psicótica) Cobalto~…mi amor~…¿dónde estás~?

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