Mosca tenía veinticinco años cuando puso su gran proyecto sobre la mesa, los mismos que su madre tenía cuando lo parió. Quizás, de alguna manera, ella también puso su gran proyecto sobre la mesa entonces. Solo que el proyecto de Mosca era mucho más ambicioso.
Mosca quería montar su propia empresa, porque sentía que en la que trabajaba no le pagaban lo suficiente. Su sueldo hubiera sido suficiente para su madre, para su hermano y para la mayoría de las personas del mundo, pero no para él.
Quería hacer un gran parque de atracciones. Los parques de atracciones ofrecían alegría a las masas y dinero al propietario.
Pero Mosca sabía que los parques de atracciones no sólo traían dinero, sino que también lo costaban.
También sabía que podía perder muchísimo dinero si su plan no funcionaba como debería, y él no tenía ninguna intención perder dinero.
Y entonces fue cuando su madre y hermano entraron en la imagen.
En realidad, Mosca se había olvidado completamente de su familia, no les visitaba ni en Navidad. No era porque quisiese desprenderse de ellos para siempre. Mosca no odiaba a su familia. Simplemente, en su lista de relevancia, se quedaba en minoría aplastante con respecto al dinero y al éxito. Y eso significa que Mosca era perfectamente capaz de sacrificar a la familia en el altar del éxito.
Entonces, su madre se estaba haciendo mayor, aunque aún estaba lejos de la vejez y del alba de la vida. Estaba viviendo con el hermano de Mosca, que le ayudaba alrededor de la casa.
Él consiguió un trabajo sencillo en el pueblo y lo desempeñaba en calma y tranquilidad. Tuvo un par de novias, pero en ese momento estaba solo.
Mosca se presentó en octubre. Se tomó unos meses de baja para estar con su familia. "¡Qué considerado por su parte! No olvidarse de su familia ni en la cumbre del mundo.", pensó su madre. Claro que le hospedaron y claro que le trataron como nada hubiera ocurrido en los últimos años.
Fue al principio de diciembre cuando les trazó el esquema de su grandioso plan. Pero, por supuesto, añadió que esto es un proyecto muy, muy ambicioso y arriesgado, y que se podría quedar sin casa si le salía del revés.
La madre enseguida exclamó que ella pagaría parte del proyecto, o incluso el proyecto completo, pero que él no se rindiese, y luchase por sus sueños.
Entonces Mosca sonrió a medias y le dijo que eso era muy generoso por su parte, pero que no podía aceptar tanto dinero.
A su madre le tardaron tres días completos en convencer a su hijo de que aceptase.
Entonces Mosca aceptó el cheque (pero muy a su pesar).
Mosca abrió su parque en un año y medio. Tuvo una gran ceremonia de apertura, muy visual y monumental, a la que, por supuesto, invitó a su familia.
Ambos hicieron como que están en el séptimo cielo, pero de alguna manera, en el fondo de sus corazones, sentían que aquello no conducía a ninguna parte.
Se sentían engañados.
Pero nunca le hubieran arruinado el día de su vida a Mosca.
Lo que no sabían era que el parque de Mosca no estaba marchando tan bien como debería, y eso le alarmó. Necesitaba reformas, y para eso necesitaba dinero.
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La trágica muerte de la mosca
Short Story"Sólo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado, y el último pez atrapado, te darás cuenta que no puedes comer dinero." - Sabiduría indoamericana