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Mi manos estaban temblando, no sabia que hacer. Este examen es demasiado difícil para mí, de 100 preguntas, escribí 22. Nos faltaba media hora para terminar y mi mente estaba en bloqueo. Como siempre.

No estudié por que Perrie siempre me molestaba para ir a jugar, tiene que entender ya soy mayor de edad para ir a estar jugando muñecas.

Ugh.

Sueno desesperadamente mi lápiz contra la mesa para recordar la respuesta de esta maldita pregunta.

Odio Historia.

Estaba a punto de escribir la pregunta 23 cuando el lápiz se fue de mis manos y cayó al suelo, llamando la atención del profesor.

Me dio una mirada acusadora pensando que era una de mis técnicas para copiarme. Estiré mi cuerpo hacia abajo para alcanzar el lápiz y volver rápidamente arriba.

–¡Perrie!– regañe en susurro.

Después de eso, me enfoqué en escribir la respuesta cuando esta vez, fue la hoja que cayó.

–Señorita Thirlwall– El profesor me llamó

–Digame– Dije nerviosa.

–Si esa es unas de sus formas para copiarse, déjeme decirle que eso no lo puedo aceptar en mi clase.– Habló con su tono estricto.

–L-lo Siento-Temblé ante su intimidante mirada.–No intentaba copiarme solo es que mis manos están resbalosas hoy y pues... Soy muy torpe.

–Espero que ese sea el problema, ahora siga. – Se sentó en su silla.

–¡Perrie!, ¿¡Quieres dejar de hacer eso!?– susurré nuevamente.


***






Al fin. Llevaba hasta ahora, 31 respuestas... Algo es algo. Estaba concentrada en mi examen pero enseguida mi lápiz se me fue de las manos -otra vez- pero, no cayó en suelo, sino... En la cara del profesor.

Oh no.

¡JADE THIRLWALL!.

***

Two Souls | Thirlwards Donde viven las historias. Descúbrelo ahora