cap. 27

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Narra Guillermo

Me quede mirando a Samuel por un instante, de manera tan fija que si las miradas mataran creo que nos mataríamos entre si. Pero claro, ni aunque eso existiera podría matarlo. Solo trato de lograr entender, o tal vez meterme en la cabeza de que el no sabe nada de mi hermana.

Eso es todo lo que dice mi mente, pero otra parte de mi dice que el en realidad no sabe nada, aun que esa idea se esfuma al instante que nos volvemos a quedar mirando. Una mirada tan malditamente arrogante de parte suya, como por la mía. La arrogancia es algo que al parecer desde que ya se que es, no dejaría de lado. Aun que su arrogancia es desde que nos conocimos en aquel bosque oscuro, luego de asesinar aquellos vampiros.

En sus ojos color avellana oscuro y toques rojizos, se nota tristeza y un vacío increíble, solo si te quedas mirando de manera cuidadosa. Pero si no es así, notas rebeldía, arrogancia, frialdad. Algo que ni yo me podía imaginar ver en los ojos de alguien.

Esos toques rojizos y rasgados que tienen sus ojos brillan de manera opaca, y hace que tan siquiera se noten. Es algo increíble. El color avellana de sus ojos, parece como el chocolate, se ven...

Sacudí mi cabeza de manera leve luego de apartar mi mirada de la suya. Dicen que las bestialidades no tienen sentimientos, pero la primera vez que vi un lobo justo de frente, me di cuenta que no era así. La compasión es algo que todos tenemos.

“Los vampiros no sienten”- pense al instante que esa imagen apareció por mi mente. Sonreí a medias con cinismo.

Los vampiros no sienten...

Vampire HauntingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora