¿Capítulo Único?

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Es domingo por la mañana. El Doctor John Watson regresa a casa luego de cubrir el turno de un compañero de trabajo para, finalmente, aprovechar las merecidas vacaciones que había estado postergando.

Abrió la puerta del departamento con cuidado. No escucha ruido alguno, señal clara de que los habitantes del lugar continuaban dormidos. Sonrió apenas para sí mismo mientras dejaba el abrigo en el perchero. Se dirigió al baño lentamente, y se lavó el rostro mientras su cuerpo se relajaba.

Su cuerpo tembló ligeramente al contacto con el agua. El agua fría le encantaba, le provocaba cierto placer que en cuanto salió del baño se había olvidado por completo del cansancio.

Escucha la risa infantil de su pequeña y cuando pasa el umbral a la sala observa a Sherlock caminando aún adormilado, envuelto en las sábanas de su cama. Le mira con incredulidad unos segundos, en cuanto lo ve dar dos pasos nota un bulto rodando tras sus pasos, y abre los ojos como platos.

— ¡Yeey~!

La voz divertida de su hija lo saca de su trance y corre hasta sacarla de las sábanas, de donde está perfectamente envuelta. Toma la primera almohada que encuentra y golpea al más alto con esta.

—Por Dios, Sherlock, ve a vestirte—ordena, sonrojado.

Rosamund les mira con curiosidad, pero es levantada por los fuertes brazos de su padre antes de que pueda decir nada

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Rosamund les mira con curiosidad, pero es levantada por los fuertes brazos de su padre antes de que pueda decir nada. Escucha a papi soltar una especie de gruñido, y se agarra al cuello del rubio cuando este se acerca al moreno hasta besarlo.

—Nunca aprenderás—murmura John, contra los labios del mayor.

La menor, ya perfectamente acostumbrada a las muestras de afecto, no hace más que apoyarse contra el pecho de su padre, cerrando sus ojos en un ataque de sueño repentino.

— ¿Por lo menos traes ropa interior?—cuestiona, cuando el moreno besa su frente.

La sonrisa ladina del otro es la respuesta. Sherlock no borra su sonrisa cuando va con todo y las sábanas hasta la habitación de ambos.

—Eres imposible—ríe John, alejándose con la niña con dirección a la habitación de esta, misma que fuese suya muchos años atrás.

Su vida había cambiado tanto, y nada era como lo imaginó.

Pero era feliz.

Junto a su hija.

Junto a Sherlock.

Y ahora no puede imaginar su vida de ninguna otra manera.

Él, ella y yo. {Sherlock BBC}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora