Jim Moriarty era un hombre peligroso. No existía duda alguna de ello. El genio detrás del imperio criminal más grande en el mundo, capaz de orquestar un sinfín de actos todos únicamente para sus sádicos propósitos. Holmes podría dedicar una buena parte de su tiempo encontrando maneras excelentes de describir a aquel ser, pero definitivamente habría usado nunca palabras como "padre amoroso" o "incurable dueño de un hogar". Sherlock nunca admitiría que fue sorprendido por ello.
Cuando Rosamund se peleó con otra cría del instituto, el detective supo desde el primer momento que no era resultado de un evento aislado. Algo se venía cociendo en el ambiente escolar de su pequeña, y él había sido demasiado ciego al no notarlo.
Jamie E. Moriarty es una niña superdotada. Al menos esa es la conclusión a la que el detective llega luego de conocerle, tras apenas segundos. Sus dotes naturales superan con creces los de su pequeña, pero no por ello ha demostrado ser mejor. Sherlock piensa seriamente que ese es el origen de la disputa.
Rosie ha sido entrenada en ello desde temprana edad -pese a las instrucciones firmes de Watson de mantenerla al margen de los casos-, Sherlock ha puesto empeño sobrehumano en exteriorizar sus técnicas y, aunque la rubia continúa en primera base, sus habilidades son excepcionales.
Elise -su segundo nombre, y por el cual a menudo es llamada, según ha escuchado por Rosamund- tiene la capacidad de volverse todavía más peligrosa que sus padres. John no deja de repetirle a Sherlock que no puede -ni deberían, en realidad- ponerse a averiguar de dónde ha salido la niña, dado que, en todos esos años, ni una sola pista de su existencia salió a colación. Ni las investigaciones de Watson, ni en aquellos años donde Sherlock fingió su muerte.
La conclusión de ambos es la misma; Moran fue el guardián de la chica. No había otra opción razonable.
Tras verlas convivir por primera vez, Watson se da cuenta de que los comentarios de su ahora esposo no pueden ser más atinados. Rosamund no ha dudado en corregir a la otra al menor error -una equivocación es inaceptable, diría su esposo-, y Elise no ha dudado en demostrar que no solamente puede aprender rápido, sino que puede ser mucho mejor. Por supuesto, Rosie no quiere quedarse atrás luego de esto.
La hipótesis de su director es correcta. Peligrosa, pero acertada. Juntas se empujan a mejorar a cada paso, y aquello que les tomaría más tiempo de forma individual puede ser mejorado en la mitad de tiempo.
John termina su taza de café mientras las mira trabajar en la sala del departamento. Escucha lo que parece el comienzo de una nueva disputa y, por increíble que sonase, deja que lo que tenga que pasar pase. Se ha cansado de ser ignorado -luego de unas horas en las mismas, cualquiera lo habría hecho-. Los ánimos se calman y vuelven a su proyecto.
Casi puede escuchar a Sherlock decirle que debió hacerle caso desde el principio. "Es como verme desde fuera, hace mucho tiempo... Si Moriarty se hubiese aparecido ante de mi desde el primer momento, claro está"
"Idiota" es lo único que puede pensar Watson en ese momento, y escucha el sonido de su teléfono. Frunce el ceño mientras deja la taza de lado. ¿En qué momento su vida se había vuelto esto? Un mensaje del mismísimo padre de la chica estaba ahora en su pantalla. Vale, sabía ya que ese loco podía comunicarse con ellos de cualquier manera -realmente, cualquiera que se le ocurriera-, ¿debería agradecer que utilizara métodos aceptables?
Pasaré por ella en 5.
SM.Se hunde en su asiento, relee el mensaje y observa a las niñas frente a él. No, no agradecerá ese tipo de cosas. Su vida ha sido extraña desde que llegó allí, y ya debería de haberse acostumbrado a ese tipo de cuestiones. Niega imperceptible antes de ponerse de pie. Deja el móvil de lado. Elise le observa como si supiera que ese texto es de su padre.
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Él, ella y yo. {Sherlock BBC}
FanfictionSobre la nueva vida del Dr. John H. Watson junto con William Sherlock S. Holmes. ⚠Mención de otras parejas.⚠ Mycroft H. x Greg L. Sebastian M. x Jim M.