Capítulo 9.- Rompiendo un trato.

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-Un sentimiento nuevo comienza a florecer en mi interior-

-¿No es extraño?-

-He llegado aquí con un motivo muy importante-

-Pero ese motivo, no es el de causar felicidad-

-Pero gracias a tu cariño-

-Poco a poco, olvido el propósito de vivir aquí-

— Lamento que Hikaru sea así contigo, no pensé que se tomará muy en pecho lo que sucedió en el pasado, por su parte, pido disculpas. — Una sonrisa algo forzada aparece en su rostro. — También pido disculpas si alguno de nuestros hermanos te ha hecho sentir mal, no es su propósito hacerlo, pero algunas veces no suelen ser considerados.

— No debe disculparse, Masaomi-san, se que ellos no desean causarme algún daño, es por eso que no debo culparlos. — Quita algunas lagrimas que bajan por sus mejillas con sus manos. — Gracias por escucharme, Masaomi-san, y discúlpeme si le hice perder su tiempo conmigo.

— Nunca perderé el tiempo en hablar contigo, Mizuki-chan. — Toma de sus manos. — Eres muy importante para todos. Eres muy importante para mí.

— Masaomi-san... gracias.

...

Al hablar con Masaomi-san, todo aquel dolor y culpa en mi interior, se fueron por un momento.

Es demasiado hermoso tener a alguien quien siempre tendrás su amor incondicional. Un amor tan tierno e inocente. Un amor, que puede hacer feliz a cualquiera que pueda obtenerlo.

Cada uno de ellos me demuestra su amor de distintas maneras.

¿Me puedo considerar afortunada por ello?

He de suponer que sí.
Pero al saber esa respuesta, me hace sentir culpable.
Culpable a no poder corresponder aquel amor.
No es porque no deseo hacerlo; no tengo permiso de amar a nadie.

...

— Ukyo-san, bienvenido a casa.

— Mizuki, he vuelto. — Muestra una amable sonrisa.

— ¿Cómo ha estado su día? — Se acerca un poco a donde está el rubio. — Escuche que hoy tendría una audiencia... — Guarda un momento de silencio al no recordar la siguiente palabra.

— Audiencia preliminar. Y si, fue hoy. — Abre uno de los gabinetes de la cocineta para sacar su típico delantal verde.

(La audiencia preliminar le da el juez la oportunidad de escuchar y evaluar las razones de procesamiento para querer llevar a un acusado a juicio.)

— ¡Eso! — Ríe con nerviosismo. — ¿Y cómo le fue?

— Muy bien, el juez vio que teníamos suficiente evidencia para pasar al juicio.

— Supongo que eso es bueno. — Duda un poco de lo que acaba de decir.

— Bueno, tengo oportunidad de poder defender a mi cliente, así que si es bueno.

— Ah... — Un rubor aparece en sus mejillas. Se siente un poco apenada de no saber sobre esos temas al respecto.

— No debes avergonzarte, entiendo que no conozcas sobre el proceso que conlleva todo esto, pero me alegra que me hayas preguntado cómo me ha ido, a la mayoría de mis hermanos no les interesa hablar sobre mi trabajo, y los comprendo, para muchas personas puede ser aburrido hablar de ello.

— Por mi parte me parece muy interesante, debo suponer que todo eso es algo complejo, ¿no?

— Admito que sí, pero si estás muy bien preparado, no debes preocuparte tanto. — Ajusta sus anteojos.

— Ahora entiendo, es por eso que noto a Ukyo-san tan cansado en algunas ocasiones, además de ayudar a las personas que necesitan de su servicio, también ayuda mucho en la casa y se preocupa por todos nosotros.

— Es mi deber hacerlo, después de todo, ustedes son mis hermanos, aunque siempre causen problemas, no puedo evitar ayudar cuando me necesiten.

— Ukyo-san...

Ya había pasado varios meses viviendo aquí.
He tratado siempre de ignorar los comentarios de Hikaru, pero algunas veces suele ser muy molesto últimamente.

La gran mayoría de mis hermanos me ha tratado demasiado bien, no han dejado de tratarme como "su invitada de honor".

Pero Ukyo, siempre está al pendiente de mí todo el tiempo.
No hay ningún día en el cual no me pregunte cómo he estado, si necesito algo, entre otras cosas.
Me siento algo incomoda al ser siempre protegida por Ukyo, pero a la vez me siento realmente aliviada de que Ukyo sea así conmigo.

Sé que mi propósito aquí no es el de enamorarme, ni mucho menos enamorar alguno de ellos... pero he roto una de las clausulas que se me han impuesto.

— Mizuki. — Continúa repitiendo el nombre de la joven. — Mizuki, ¿estás escuchándome?

— ¡Ah! — Sin darse cuenta, miraba fijamente al rubio como si este fuese una pintura muy hermosa; aunque para la joven, si lo era. — Discúlpame Ukyo-san, estaba pensando en algunas cosas, ¿decías? — Trata de mirar hacia otra parte de la cocina en donde no esté el rubio.

La comisura de sus labios comienza a"irse por los lados" para mostrar una radiante sonrisa. — Decía, o mejor dicho, te pedía de favor si en este momento me ayudaras en la cocina, sé que no es del todo tu fuerte, pero creo que con el tiempo, serás una buena ayudante en la cocina. — De nuevo, abre el cajón donde había sacado su delantal. — Se que deseas ayudarme en la cocina, y no te impediré que no lo hagas. — Del cajón, saca un delantal más pequeño que el del rubio, y de un color diferente a este; tenía colores más femeninos. — Tal vez esto te quede, ya tiene mucho tiempo guardado porqué es de nuestra madre.

— Ukyo-san, ¿está seguro que puedo ayudarle? — Una mueca aparece en su rostro. — No quiero arruinar la deliciosa comida que prepara. — Se acerca para tomar el delantal sin mucho ánimo.

— Estoy seguro que me serás de mucha ayuda, Mizuki. — De nuevo, mostraba esa sonrisa que daba mucha confianza al verla.

— Esta bien. — Suspira con resignación.

...

— Mizuki, ¿podrías pasarme un bowl que está en esas cajoneras de arriba?

— Por supuesto, sólo denme un momento. — A pesar de medir un poco más del promedio entre las mujeres, le faltaba pocos centímetros para llegar a su objetivo. — Debo... estirarme... un poco más... — Susurraba para sí misma para darse apoyo.

— Me hubieras dicho que no alcanzabas. — La voz del rubio sonaba muy cerca del oído de la joven. Este vio por el rabillo del ojo que la joven se obligaba a esforzarse más de lo debido y es por eso que decidió colocarse atrás de ella, empujándola suavemente por detrás.

— Ah... — Las mejillas de la joven se volvieron rosadas ante las palabras del rubio. Trataba de permanecer en la misma posición y tratar de no respirar agitadamente.

— Si no alcanzas el bowl, me hubieras pedido que yo lo hiciera. — Sus ojos azules miraron por debajo a los castaños ojos de la joven. — Prefiero hacerlo yo antes de que puedas lastimarte. — Antes de alejarse de la joven, sonríe una vez más para luego irse en el lugar donde estaba con anterioridad.

— G-Gracias. — Ahora "todo su rostro" estaba sonrojado, pero no sólo ella estaba en esa posición, el rubio, por la parte de atrás de su cuello, en lugar de verse su piel clara, en su remplazo, estaba rojo.

-Si rompes nuestro trato-

-Conocerás las consecuencias que pueden ocurrir al querer desobedecer-


Un amor del pasado... se hace presente. [Brothers Conflict]『Finalizada.』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora