CAPITULO 5

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No quería saber nada de ese chico.
Es un completo tonto, con que derecho me lastima de esa manera.

Baje a desayunar, al bajar las escaleras me encontré con una gran sorpresa.
Estaba la casa ordenada, todo estaba completamente limpio, el desayuno servido y estaba Dallas esperando sentado en el comedor, deduje que me estaba esperando porque había como plato servido con ensalada de frutas, y el mío tenía muchas fresas mis favoritas, un vaso de jugo y habían flores.

- Y esto?

- Es el desayuno no ves?

Idiota!

- Es obvio.

- Entonces no preguntes y come, la tuya tiene sólo fresas, sé que son tus favoritas.

- Cómo sabes eso?

- Se puede sacar mucha información de un diario. - Alzo el brazo derecho y en su mano sostenía mi diario intimo.

Alerta roja!!!

- Damelo!

- No.

¿¡Qué!?

- ¡Es mío!

- Te lo daré si haces todo lo que te pida por 3 días.

Ni loca, que tal que me pida sex...!
Noooo!

- No!

- Entonces no te lo daré.

No pensé que fuera hacer esto pero no tengo de otra.

- Esta bien. - Susurré

-Cómo dijiste?

- Que esta bien!. - Grite.

- No tenías que gritar.

Puse los ojos en blanco.

- Bueno, ya que harás todo lo que te pida, lo primero que te pediré sera que comas algo, no me tome mi valioso tiempo recogiendo fresas se tu huerta en vano.

Mi huertaaaaaa!

- Le tomo dos meses a mi hermana cosechar esas fresas para mí, y tú las arrancas!.

Estaba muy enojada con él, o sea, son mis frutas, yo las tenía que recoger primero.

- Calma, de todas formas te las ibas a comer, a demás volverán a crecer.
Ahora calla y come mujer.

(***)

Eran las 10:00pm de la noche, y yo estaba en el cuarto de Dallas contando una historia para dormir.
Enserio este chico se esta pasando.

- Y el zorro le dijo.
No me mate señor cazador, no le serviría de nada, mi piel esta muy descastada y algo maltratada.
Pero al cazador no le importo y lo mato, fin.
Ya, duerme.

- Eres la peor contando historias para dormir.

- No pedí tu opinión, ahora duerme. - Me levente de su cama y coloque el libro en su escritorio, me dirigía hacía la puerta cuando tomo mi brazo y me un jalón en abrir y cerrar de ojos ya estaba encima de el y el su cama.
Nuestras narices chocaban y sus labios rozaban los mios.

- Te ordeno que me beses. - Dijo.

Y no lo dude ni dos veces, lo bese como si no hubiera un mañana.

Entre Las Nubes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora