once;
La vida se convierte en una rutina dolorosa para Kyungso a medida que las semanas pasan, ni siquiera esta seguro de cuanto tiempo ha estado encerrado en esa habitación de hotel, ha perdido ya la cuenta de los días. Todo lo que al parecer hace por el momento es dormir y cocinar alimentos para Jongin.
Después de la ultima vez que Jongin lo saco a la playa, que no ha estado fuera desde entonces, por lo que se encuentra sentado en el balcón de su habitación del hotel mas seguido. Hay una silla y una pequeña mesa junto a el. Kyungsoo gusta de servirse a si mismo una taza de chocolate caliente y sentarse ahí en momentos donde Jongin no esta alrededor. Le gusta la sensación de que el aire fresco golpea sus mejillas mientras la brisa revolotea mas allá. Le gusta escuchar los coches y el sonido de como se alejan y escuchar sus bocinas sonar.
A veces también trata de escuchar conversaciones de la gente de abajo, pero el esta demasiado alto por lo que es imposible oír lo que en realidad dicen. Pero ha escuchado a sus vecinos afuera en sus balcones a veces. Hay un adolescente al lado, en ese momento. Kyungsoo captura vistazos de el de vez en cuando. Tiene el pelo castaño y corto, y un rostro muy lindo, de hecho a Kyungsoo le recuerda un hamster. Pero no ha sido capaz de saber su nombre aun, espera que pronto sea capaz de hacerlo.
El balcón se convierte en un escape para Kyungsoo. Sabe que cuando esta sentado aquí, esta a salvo del mundo dentro de esa temida habitación del hotel. No ha habido ningún recuerdo vil hecho aquí, pero esa habitación posee todas sus pesadillas y a Kyungsoo realmente no le gustaría estar allí nunca mas. Con mucha frecuencia, se sentaba afuera en su sillón de mimbre, inconscientemente mirando las aves pasar.
Se acerca el invierno, supone Kyungsoo. Cuando se fueron, había sido en verano cuando las abejas y las flores florecían. Pero ahora, todo estaba muriendo y el frió comenzaba a establecerse. Esto solo era mas doloroso para Kyungsoo, porque el darse cuenta de cuanto tiempo había estado aquí estaba empezando a tener un impacto en el.
Desde hace meses, que solo ha pasado con Jongin. Aparte de el, nadie mas ha hablado con el. Bueno, aparte de la mujer en el teléfono, pero Kyungsoo no cuenta eso como una conversación. Así que cuando se encuentra sentado en el balcón, esta vez en el suelo, cruzo las piernas con un chocolate caliente delante de el, su corazón casi cae por su boca cuando una voz bastante fuerte se dirige hacia el desde el balcón de al lado.
―Oye, ¡Te estoy hablando a ti! ―Kyungsoo gira la cabeza hacia el lado. El chico que había apodado como hamster se inclina sobre la barandilla, una sonrisa ladina haciendo aparición en su cara.
―¿Me oyes? ―grita otra vez y Kyungsoo solo puede hacer un movimiento de cabeza.
―¿Porque siempre estas sentado ahí? Hace frió. Deberías estar adentro ―no puede ser mucho mayor que Kyungsoo, este adivina rápidamente. Su voz todavía un poco demasiada alta, lejos de ser tan profunda como la de Jongin.
―Y-Yo.. no estoy s-seguro para ser honesto ―responde Kyungsoo tranquilamente pero con los sonidos de los autos, el niño tiene dificultades para escucharlo.
―¿No puedes venir mas cerca? No te oigo bien ―Kyungsoo mira por encima del hombro para ver a través del vidrio. Jongin todavía no estaba en casa, por lo que no ve el daño de hablar con este muchacho por un rato. Desliza su chocolate y se escabulle un poco mas cerca, sus piernas delgadas encajan fácilmente entre las barras. Colgando sobre la cornisa y sus finos dedos alrededor de las barras de metal.
―¿Me oyes ahora? ―dice Kyungsoo un poco mas alto y el chico asiente con la cabeza. Kyungsoo lo observa moverse, también. Este imita la forma en que Kyungsoo esta sentado.
―Por cierto, soy Minseok ―sonríe y Kyungsoo se encuentra sonriendole de vuelta.
―Kyungsoo.
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Autumn
RandomLe dijeron que escapara, mientras tenia la oportunidad. Kyungsoo opto por no escucharlos.