2

3.7K 550 177
                                    

Si bien el encuentro con aquel chico había logrado que su animo subiera, esto solo duró unos pocos minutos después de haber llegado a su apartamento.
Una vez en la soledad de su habitación no pudo evitar que sus pensamientos se desviaran de nuevo hacia Jinyoung.
Y ¿Como no hacerlo? Su cuarto parecía una galería dedicada a él. Cada pared estaba llena de fotos de los dos juntos, sonriendo, divirtiéndose. Ahora le dolía mirarlas, pero tampoco quería deshacerse de ellas. Esas fotografías eran lo único que le quedaban como recuerdo de los tiempos en que habían sido tan felices juntos.

Bueno, eso y una infinidad de regalos. La lampara en su mesa de noche se la dio Jinyoung cuando tenían 10 años, él era el único que sabía que no podía dormir con la luz apagada. La guitarra se la había dado en su primer aniversario. Aparte de eso habían varias cartas, ropa, libros...

Un maullido lo sacó de sus pensamientos. Claro, Nora era su mayor recuerdo juntos. Cuando tenían 15 años decidieron adoptar a la gatita, y desde entonces la habían tratado como a su bebe.
Estaba feliz de que lo hubiera dejado quedarse con Nora pero por más que la quisiera, su presencia le recordaba aún mas a Jinyoung.
Estaba agotado mentalmente, así que prefirió irse a dormir para no sentirse peor. Ya en la cama no pudo detener las lágrimas, y continuó así hasta quedarse dormido.

• • •

Ese día Youngjae llegó especialmente temprano al colegio y con una sonrisa enorme en su cara que no había podido borrar desde la noche anterior. Y como no sonreír cuando al fin logró hablar con el chico al que llevaba meses observando. Im Jaebum, se había fijado en él poco después de haber entrado a la universidad.

Ese día se había quedado hasta tarde para practicar un poco con el piano. Estaba escribiendo una nueva canción y necesitaba componer la melodía.  Al llegar a la sala de música se dio cuenta de que alguien llegó antes que el.

Lo primero que alcanzó sus oídos  fue el sonido del piano, pero en cuanto escuchó la voz de quien lo tocaba quedó cautivado. Era dulce pero a la vez fuerte, un sonido casi hipnótico. Se quedo junto a la puerta por varios minutos atento a la melodía hasta que esta se detuvo. De inmediato se escondió detrás de un pilar, para así poder observar al dueño de tan bella voz sin ser descubierto.

La puerta se abrió y de ahí salió un chico alto y apuesto de ojos y cabello castaño. Youngjae no lo podía creer; ¡Aparte de tener una voz celestial era jodidamente guapo!

Desde esa tarde no lo pudo sacar de su mente, y de vez en cuando iba a la sala de musica solo para escucharlo cantar. Había descubierto que siempre estaba ahí a partir de las 3:00 p.m, también había obligado a su amigo Bambam a que descubriera en que clase estaba.

— Tienes suerte, él también estudia música, pero parece que esta unos años más arriba que tu— Le habia dicho semanas despues— No pregunte su nombre porque habrían pensado que yo era su acosador y no tu.

—¡No lo estoy acosando! Solo estoy ligeranente interesado en él—Respondio apenado Youngjae— Pero gracias por ayudarme con esto.

— Si, claro, pero deberías hablar con él alguna vez en lugar de solo acecharlo como animal en celo, algún día se dará cuenta de que te la pasas observándolo y lo asustaras.

—¡Bambam!— Pero tenía razón, no podía limitarse a solo observarlo. Definitivamente quería hablar con él, pero era tan tímido...

Siguió observándolo en la distancia por algunos meses. A veces lo veía con otro chico con el que se veía muy cercano, pero no le puso mucha atención, bien podría ser solo su mejor amigo.
En ese tiempo se sintió cada vez mas atraído a ese chico de hermosa voz. De su sonrisa sobre todo. Pero casi un mes atrás esa sonrisa se había desvanecido.

Heartbroken | 2jaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora