CAPÍTULO 3

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Puede sonar un poco absurdo, tonto y arriesgado quizá, pero por otro lado divertido, atrevido y algo excitante

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Puede sonar un poco absurdo, tonto y arriesgado quizá, pero por otro lado divertido, atrevido y algo excitante. Un night club, bar o como quieran llamarlo era un sitio para divertirse pero a la vez un lugar oscuro y lleno de secretos.

Darkness Shadow, conocido popularmente por sus siglas DS, era uno de los sitios más visitados y polémicos de la ciudad. ¿Por qué? Fácil de explicar. Este lugar no sólo era para divertirse y tomarse unos bebidas, sino también, en la segunda planta, un lugar de negocios, pero no cualquier tipo de negocios. Todos los hombres que se reunían en esa habitación eran mafiosos, y mientras hacían planes disfrutaban de la "bella" compañía de una mujer, a quien le pagan por hacer lo que ellos quisieran. Mejor conocidas como "damas de compañía".

Mientras me dirigía con aquel hombre hacia la segunda planta me explicaba que cada una de las chicas que trabajaban allí tenían un nombre falso, algunas llamadas Sonny, Aubry, Candy, Trinna, Aly... Y como ellas otras chicas más.

Nunca en mi puta vida de mierda se me había ocurrido trabajar en un lugar como este, nunca pasó por mi mente; pero llega un momento en la vida en el que necesitas cambiar tu rutina y hacer lo que nunca antes hayas imaginado.

A mis 17 años, nunca había estado tan segura como hasta ahora, tal vez algún día me arrepentiría, pero la vida está hecha para cometer errores y aprender de ellos, así que iba a intentarlo.

Llevaba toda mi vida atrapada en una burbuja de cristal, alejada de la realidad, del mundo que me rodeaba. Había pasado mi vida encerrada en un mundo lleno de libros, eventos familiares, cócteles del negocio de mi padre. Simplemente llevando una vida que mis padres me impusieron desde pequeña, una vida que no tuve el privilegio de escoger.

DS era un lugar enorme, tenía una larga barra llena de una gran variedad de licores, un escenario amplio en el que se presentaban cantantes locales como internacionales,- de vez en cuando- una pista de baile reluciente con una esfera de colores en el techo, un sector con juegos en los que las personas apostaban su dinero, sofás un poco alejados para aquellas parejas que solían visitar el lugar, en sí el primer piso era como un tipo de casino en un sector y por otro lado un bar-restaurante.

Lo mejor se situaba en la parte superior. Un sitio un poco más pequeño en el que habían amplios sofás, una barra con licor, -igual que la de abajo- juegos de billar, mesa de póquer... En fin, era un lugar más íntimo y hasta acogedor de cierto modo. Al fondo había una puerta hacia la cual nos dirigíamos.

Me sentía un poco nerviosa, no sabía lo que hacía, solo caminaba al lado de ese hombre sin saber qué esperar , o tal vez en realidad sí sabía lo que hacía, este era el mejor momento para comenzar mi nueva vida. Necesita empezar a vivir, a vivir de verdad. Poder decidir por mi misma qué haría en un futuro y así dejar de depender de mis padres.

-¿Estabas totalmente segura de lo que estabas haciendo? A tu corta edad las chicas son un poco rebeldes e indecisas...

En ese instante, antes de cruzar esa puerta respire profundo y decidí aceptar sea cual fuera lo que me esperara allá adentro. Tal vez en algún momento me arrepentiría pero ahora estaba dispuesta a todo. Era una decisión de las tantas que podría tomar, arriesgarme y quizás, por qué no, también arrepentirme, pero me quedará la satisfacción de que lo intenté y de que tuve la oportunidad de decidir qué hacer con mi vida y cómo vivirla.

Cambios RepentinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora