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3 de noviembre del 2015
Hora: 8:30 a.m.
Punto exacto en el que mi vida cambió para siempre.
Es un poco extraño, pero nunca antes había estado más segura en toda mi vida. Estaba nerviosa pero a la vez emocionada de empezar a vivir. Sin reglas ni ordenes. Solo quería vivir mi vida a mi manera. Pasara lo que pasara no daría vuelta atrás.
A las 8:30 de la mañana me encontraba planeando todo para mi "debut" de esta noche, vestuario, maquillaje, cabello; todo lo necesario para impresionar en mi primer día. Lo mejor de todo es que las personas con las que vivo, llamadas en un pasado "mis padres", se había ido de viaje a última hora, así que estaba casi sola, solo los empleados y yo, así que mi día era perfecto, sin gritos, sin ordenes, sin prejuicios, por fin LIBRE.
Empecé por irme de compras y encontrar lo más sexy posible. Isabella tenía que ser una chica atrevida, dispuesta a probar cosas nuevas, dejarse llevar y no pensar en nada, tan solo en ella misma. Pasé por una tienda y encontré el vestido perfecto: un vestido negro con un pronunciado escote. Quería algo discreto pero a la vez sexy, era un vestido corto pero no demasiado, y lo combinaría con unos tacones altos.
Luego fui a una estética a hacerme un facial y unas cuentas cositas más. Así como yo, mi cuerpo tenía que lucir espectacular, sin ninguna imperfección, listo para cualquier ocasión.
Antes del anochecer me encontraba ya lista y preparada. Me encontraba frente al espejo mirando el gran cambio que había dado de la noche a la mañana. Cómo hasta hace menos de veinticuatro horas no sabía qué hacer con mi vida y ahora estaba a punto de comenzar una vida que jamás imaginé, una vida excitante pero a la vez llena de riesgos. Esta no era la vida que me imaginaba, pero ya no soy la misma, ya ni siquiera sé quién soy y en realidad no me importa. Quiero vivir y no me importa cómo, sin ideales, sin precauciones, sin límites. solo pasaré desapercibida en este mundo.
A las 9:45 de la noche estaba en frente de Dark Shadow, tomé un profundo respiro y entré. Oficialmente Sophia, aquella adolescente ingenua y que se dejaba manipular, había muerto.
Ya adentro, el lugar estaba completamente abarrotado de personas, los hombres apostaban grandes cantidades de dinero en juegos de azar acompañados de mujeres quienes les servían alcohol, les sostenían el cigarrillo, daban un masaje o simplemente se entregaban a la pasión en frente de todos. Otros solo bebían en la barra tal vez exhaustos de un largo día de trabajo o huyendo de sus problemas. En Dark Shadow cualquiera podía entrar a divertirse, pero solo unos cuantos podían subir al segundo piso en donde el ambiente era completamente diferente. Los hombres que se encontraban allí eran hombres de negocios, pero no cualquier tipo de negocios, probablemente eran narcotraficantes, sicarios o algo parecido. Lo suponía ya que el acceso a la segunda planta era restringido y solo se podía entrar por recomendación de alguien que ya estuviera adentro.
En medio de DS, mientras miraba el ambiente del lugar, sentí una mano presionando mi muñeca, me giré para ver al imbécil que me estaba tocando, preparada para que mi otra mano impactara su cara con todo el odio del mundo; pero cuando estaba a punto de mandarlo a la mierda me percaté de que se trataba de Kyle quien desde hacía unos minutos me observaba para posteriormente avisarle a Bob de mi llegada.
-Podrías soltarme, me estas lastimando.- le grité sobre el ruido de la gente y los juegos de azar.
-Bob la espera, suba. - su cara de pocos amigos hace que me enfurezca.
Me dirijo hacia donde me había indicado. Su oficina estaba un poco alejada de donde están aquellos hombres misteriosos. DS es un lugar relativamente amplio con ciertas divisiones para no mezclar los ambientes, uno un tanto "normal" -la parte de bar restaurante, ubicada al lado derecho- y en el otro extremo la zona de casino- debidamente separados.
En efecto Bob estaba esperándome en la oficina, con un cigarrillo en mano y un wisky en la otra.
-Adelante
Un poco temerosa a lo que me estaba enfrentando, decidí entrar. Dando paso firme a mi nueva vida. Sin mirar atrás.
