—¿Cariño ya llegas a casa? —preguntó Alessia a través del teléfono.
—No mi reina, terminaré con algunos papeles, repasaré algunos informes y ahí si me dirigiré a casa ¿vale?
—Vale, eso me dará tiempo de darte una sorpresa para esta gran noche —Soltó una risita, era increíblemente dulce y esta noche en especial se sentía dichosa.
—De acuerdo mi amor, ya quiero verte será una gran velada —sonreí al teléfono y lancé un beso— adiós cariño.
Al llegar a casa, introduje la llave y al abrir la puerta de par en par alguien me tomó por sorpresa a la espalda y me ató una venda en los ojos.
—No te muevas cariño —dijo la dulce voz— te tengo una sorpresa, déjate llevar.
—De acuerdo cariño —solté una risita— soy todo tuyo, sólo no permitas que tropiece.
Me condujo hacia al frente del comedor y me retiró la venda —¡Tarán! —exclamó con dulzura.
Al frente mío había un comedor delicadamente preparado, con un mantel blanco, varias velas doradas y una exquisita cena con pavo, pero al extremo, había una chica de una brillante piel blanca y un sedoso cabello rojo.
—¿Te gusta la sorpresa cariño? —preguntó esperanzada—dime ¿acaso no me veo más sexy? — soltó una risita nerviosa.
—Ham... te has teñido el cabello —comencé a sentir un sudor frío en mis costados.
—Si mi amor ¿acaso no te agrada?
—Sí, ham... me gusta ham...—me llene de una ira inexplicable— debo ir al baño.
En el instante en que entre a este, mi alma me abandonó, ya no era yo y definitivamente quien quiera que fuese ahora, no le gustaba el cambio de mi esposa.
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Entre La Conciencia y La Penumbra
TerrorReginald un joven de aproximadamente veinticinco años no recuerda nada de la noche que desapareció su esposa, pero poco a poco se enterará de la realidad. ¿estás seguro de quién eres? ¿estás seguro de que a tu lado, e...