Hacía dos días, se había llevado a Felicitas y Oswald un murciégalo, dejando a cambio nada mas que un ala rota de Orcio.
Se estaban acostumbrando a alimentarse solo de frutos desconocidos que se encontraban en los árboles que rodeaban la cueva.La mayor parte del tiempo habían estado dentro, en la oscuridad. Ya que hacía calor para prender una llama, por mas minúscula que sea. Sus ojos se iban adaptando a la oscuridad mientras Orcio les compartía información sobre la tierra en donde se encontraban. Les contó que antes gobernaba un rey llamado Rick y sonó muy triste al decir que el había sido su mas fiel servidor.
- ¿Como paso a gobernar Dónome?- Lucy parecía ya conocer la historia anterior, se veía mas interesada en el presente.
- Simplemente lo mató- Los tres lo escuchaban con atención-. Ocurrió cuando el rey dormía. Yo debería haberlo vigilado. Debimos ser mas cuidadosos.
Carmela quería decir algo -no fue tu culpa- pero no pudo pronunciar ninguna palabra.-Cuando lo encontramos, todavía parecía dormido. Había sido asesinado con magia, por lo tanto no tenía daños físicos... Entonces vimos su hoja.
Lucy inspiró pesadamente -Estaba marchita- Carmela y James no sabían lo que significaba, pero seguro que no era algo bueno.
- Estaba seca... y rota- agregó Orcio con voz lastimera.
- ¿Qué tiene que ver su vida con una hoja?- se notaba que para James nada de eso tenia sentido.
- Su hoja era su vida- dijo Orcio indignado, como si James lo hubiera insultado.
- Cada ser vivo tiene una hoja, sea insecto, animal o humano. Cuando ese ser muere, su hoja se marchita.
- ¿Qué?- Preguntó Carmela tratando de asimilar la información-. Dicen que cada hoja es una...
-Una vida- James término la oración por ella-. Suena loco.
Lucy asintió con comprensión. Como si entendiera lo que sentían al enterarse de como funcionaban las cosas en ese impactante mundo. Carmela estuvo tentada de preguntarle sobre su anterior visita. Ya estaba más claro que el agua, la chica sabía muchas cosas de ese reino dorado. Pero Lucy pareció adivinarle el pensamiento, por que la miró como si no quisiera dar detalles de por que sabía lo que sabía. Carmela decidió cambiar de tema.
- Las hojas de la rama del sótano, las que agarró Feli- una sombra cruzó por el rostro de todos. Habían evitado decir sus nombres. Como si al no mencionarlos, sus dos amigos estarían a salvo-. ¿Eran vidas?
- No- contestó Lucy-. Ese fue un mensaje del pueblo.
- No entiendo.
- Este lugar es mágico- Orcio asentía con la cabeza al tiempo que la chica hablaba, como para darle la razón-. Se podría decir que tiene vida propia...
- Cuando se siente amenazado, pide ayuda- siguió explicando Orcio-. Esta es la segunda vez que lo hace, la primer vez fue hace cinco años...
Lucy carraspeó.
- Ejem, sí. Ahora deberíamos ver como vamos a rescatar a nuestros amigos. ¿Todavía no podés volar?- dijo en dirección a Orcio, quien negó con la cabeza. Su herida había cicatrizado, pero el tejido no se había regenerado, dejándolo con una enorme agujero en el ala. Seguro que si intentaba volar el aire se colaría por allí y desviaría cualquier trayectoria que quisiera hacer.
- Tenemos que ir a pie- el murciégalo parecía decepcionado de sí mismo-. Me parece mejor salir mañana a la noche, hoy ya es tarde y de día corren peligro. Serían un blanco mas fácil para la patrulla de Dónome.
- Está bien- dijo James. Al igual que todos, parecía apurado por salir. Sin embargo esperarían, un día mas y luego partirían.
- ¿Sabés que dirección tenemos que tomar?- le dijo Lucy a Orcio.
- Tenemos que ir al centro del reino, donde se encuentra la torre que debería ser del rey. Estamos en el bosque del Norte. De todas formas, no podemos ir por camino directo. Antes tendríamos que pasar por el pueblo del Este.
- ¿Por qué?- a Lucy le parecía una locura alargar el viaje.
- Porque el camino directo está minado de conejos. Nos descuartizarían apenas pisáramos su bosque.
- Oh entonces, me parece bien- de repente a Lucy no le parecía mala idea alargar un poco su camino. Carmela no entendía que les podrían hacer unos conejitos, pero decidió no preguntar nada. Ellos eran los expertos.
- Es un hecho. Mañana, guianos al pueblo del Este.
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Vidas doradas
FantasyUn grupo de cinco chicos sufren un accidente en el sótano de su escuela y aparecen en un mundo donde nada encaja con la realidad que conocen. Al menos tres de ellos. Por mas lindo que sea, no todo anda bien. Un malvado hombre se apodero del pueblo y...