6 | Todo mal.

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 Ya estábamos llegando a su piso, de paso, miré mi puerta del apartamento, no podía creérmelo, ¿Qué iba a pasar esta noche en casa de Dalas?, mientras subía las escaleras perdía visión de mi propia puerta,  ya me estaba haciendo esperanzas de que en la casa de Dalas pudiera tomarme un té caliente. 

 Llegamos a la puerta de dalas en el 4to piso, intentaba hacerme la idea de que nada malo pasaría una vez estando dentro de su departamento. El sonido de las llaves desbloqueando la puerta sonaba por todo el pasillo, una mano en mi cintura me indicó que era hora de entrar. No había mucha diferencia, ya que era el mismo apartamento solo que decorado de manera diferente, las paredes eran un rojo italiano. Nos acercamos juntos a la cocina, a lo que él se apoyó en la mesera de la cocina. —¿Quieres comer o beber algo? —Me preguntó, mirándome fijamente, podía jurar que sus ojos se habían hecho ligeramente más oscuros. —Sí, quiero un té con miel. —Le dije intentando parecer relajada. A lo que le di la respuesta enseguida él puso agua en el hervidor y a preparar la miel. No me fijé cuando ya estaba enfrente mío, aun mirándome de forma tierna. 

 —Estabas distraída. —Fruncí ligeramente el ceño. —No, claro que no lo estaba. —Intenté alejarme un poco de él, ya casi compartíamos respiraciones. 

  — ¿Que planes tienes para la noche? —Le dije convenciéndome a mi misma que haríamos algo divertido. — ¿Una película? —Le insinué al chico delante mío con una gran sonrisa inocente. — Sí, y quizás podríamos hacer algo más que eso. —Acabó la oración con su típica risa muy confiada, y luego desapareció para ir en busca del té. —No me gusta el té muy caliente. —Le dije, para que lo hiciera con cuidado. 

Luego de un rato me dio mi tecito, el cual tomé a gusto, mientras con Dalas conversábamos de temas comunes, de repente me tocaba los hombros, o jugueteaba con mi pelo. Luego de un rato nos fuimos a su habitación, hice palomitas de microondas mientras él ponía la película. Íbamos a ver "500 Days of summer". Ya con las palomitas hechas, fui a su habitación con un bol lleno de las antes dichas. Me senté como indio arriba de su cama, ya iniciaba la película así que apagamos las luces, mientras el bol estaba entre mis piernas, ambos sacábamos de allí las palomitas. Mientras transcurría la película, hablábamos sobre temas similares al de la temática, ropturas amorosas y tal. 

 —Se acabaron, las dejaré en el suelo por si acaso. —Me estiré y dejé medio cuerpo fuera de la cama, dándole la espalda a Dalas, apenas había dejado el bol en el piso, sentí una contundente nalgada. Me demoré unos segundos en responder, me volví a la cama, recostándome y apoyándome en mis codos, miré a Dalas completamente extrañada. —¿Por qué hiciste eso?. 

  — ¿No es obvio? —Me respondió con un tono muy ronco, que me puso más nerviosa de lo normal, de pronto, me envolvió en un beso muy apasionado, se puso arriba mio, con uno de sus brazos envolvió mi cintura, y con el otro se apoyaba en la cama. Él hizo que levantara mis caderas, por lo que sentí un gran bulto prominente suyo. Pude sentir como mis mejillas enrojecieron mientras los besos de Dalas bajaban por mi cuello. Se sentía tan bien... Y algo cambió en mi mente, se suponía que era un juego, y yo no iba a perder. 

 En un movimiento rápido, revertí la situación y me puse yo arriba de él, me posé sobre sus caderas, lo observé desde arriba por un momento, a lo que me relamía los labios y le guiñaba un ojo coqueto a Dalas. Este se veía totalmente excitado, no dudé en bajar y comenzar a besar su cuello, lamiéndolo lentamente. Él metió sus manos debajo de mi vestido, apretando mi trasero, y yo, por mientras me tomaba la libertad de explorar su torso con mis manos. 

 La diestra de Dalas tomó mi barbilla haciéndome subir hasta sus labios, susurrándome tan placenteramente "Todo esto está tan mal", Y nos fundimos en una guerra de lenguas.  

¿Por qué él? | Dalasreview.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora