La peor etapa de la vida es la adolescencia, vivimos por tantos cambios hormonales tanto como físicos y sentimentales, que con el paso del tiempo nos agobia demasiado.
Cada uno tiene su punto de vista sobre la vida, claro está, pero este es mi pu...
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Esos días que llegas del colegio y simplemente vas, te encierras en tú habitación con un nudo en la garganta.
Me acuerdo de un día como todos lo otros caminaba hacía mi colegio con una lentitud asombrosa, pero ahí apareció él, no hubo falta de verle la cara, por el simple hecho de verle la espalda, de ver su forma de caminar, sabía que era él. Y fue ahí cuando apresuré mi caminar, lo había pasado. Miré de reojo y él iba justo detrás de mi. Comencé a temblar como si en mí propio cuerpo hubiera un terremoto imparable. Subí la escalera y fue ahí cuando por fin ví su rostro, era él y sólo él podía hacerme sentir aquello.
Ese mismo día tenía un vacío enorme, no sabía mis verdaderos sentimientos hacía él, aún no los tengo claro. Me encerré en mi propio mundo, puse la canción más triste que me recordaba a él. Comencé a escribir estrofas de la canción y dibujos extraños en mi cuadermo, de ahí salió esto:
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No se ve muy claro, pero dice lo siguiente: ❝¿Alguna vez le he importado tanto a alguien como me importas tú?❞. No sé por qué, pero justo en ese instante se me vino esa pregunta e invadió mi mente sin haber respuesta alguna.
Ahora sólo me quedan esos recuerdos fugaces, esas rápidas miradas entre ambos y mi frase favorita: ❝Creo que nuestro mejor diálogo ha sido el de las miradas❞.
A pesar de todas las lágrimas derramadas por ti, de lo único que me arrepiento es de núnca haber podido hablarte en persona, pero tengo mis motivos, eh.
Sólo espero olvidarme de ti.
Ya han pasado dos años y aún sigues en mi mente, igual o peor que él primer día.
Me haces mal.
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