Nada Personal, Sólo Palabras.

Dea. /354

Dea.

Has dicho tantas veces que tú no eres el problema, y yo estoy totalmente de acuerdo, lo sé, el problema soy yo. Tú serías incapaz de causarme daño, no es tu estilo lastimar. Estoy totalmente de acuerdo, soy yo y mi ansiedad, soy yo y mi enferma necesidad de ti. No, desde luego que tú no eres el problema, pero dilo de nuevo porque a veces lo olvido.
¿Cómo lo explico? Te necesito corriendo por mis venas, te necesito regada en toda mi sangre, empapando mis pensamientos, te necesito aislando mi cuerpo del dolor.

¿No lo ves? Estoy temblando, tengo frío, necesito de tu calor, necesito de la energía que regalas.

¿No lo ves? Estoy sangrando, porque mi sangre se resiste a continuar circulando si no estas en ella.

¿No lo ves? Necesito aplacar esta ansiedad, me está ganando, siento enloquecer, yo podría matar por ti.

Ahí estás, has llegando, y todo está tomando su lugar.
Las luces se han encendido, la ansiedad se ha marchado y en su lugar ha dejado esta dulce y embriagante calma. Ahora todo es sencillo, nada es imposible, no hay problemas, no hay sensaciones negativas, solo placer, placer en cantidad.

Risas y palabras lejanas, y toda esa felicidad, porque esto es felicidad, esto es gloria.

Toma mi mente y cuerpo, destroza mi razón, destrozame a mi, yo me entrego. Tú tienes el poder de hacerme feliz, ahora yo te entrego el poder para destruirme, para asesinarme lenta y progresivamente. Anda, introducete con cautela y desintegrame, disfruta cada segundo, disfruta cada momento de mi desesperación, cada escena de mi ansiedad, cada noche que yo no pueda dormir por necesitarte, cada gota de sudor y sangre derramada en tu nombre. Construye un altar a tu generosidad con mi cuerpo, yo lo acepto, yo lo pido, con eso te pago, con eso pago toda la felicidad que yo no pude encontrar y que tú amablemente me has regalado.

Cubreme con tu fino y perfectamente blanco velo, que hoy me entrego a tu causa, hoy acepto llegar a morir por ti si es necesario, hoy te tomo mi deidad.