Necesidad

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Solo acércate y déjame sentirme completo una vez más.
No digas nada y quédate así: tranquila y callada como siempre has sido. Me gusta observarte, ver tu sonrisa, tus ojos.
Tan solo déjame sentir ese calor que me dabas cuando chocábamos apropósito nuestros labios, dejándonos llevar por el momento, mientras nuestras manos hacían el trabajo con nuestra vestimenta: quítando aquel atavío que nos impedía volver a conectarnos. Y cuando viste que ya estábamos en el momento justo, cerraste los ojos para solo sentir. Toqué el busto del deseo, acaricié el fuelle del gozo. Sentía como si fuese a haber un terremoto mientras llegaba al interior que me haría ver tu espíritu: Tan perfecto. Mis dedos hicieron que hubiera un pequeño temblor. Las ventanas empañandose, gemidos bajos, respiración rápida, haciendo más calor que de costumbre. Cuando llegó el momento abrió los ojos, mirándome con su instinto animal, con su sonrisa diabólica y perversa que me encantaba. Me acostó, rasguñando mi pecho y después de acomodarse empezó el desastre que la tierra nunca había pasado, un terremoto que parecía interminable, la cama aguantó el estruendo que hizo. Haciéndome sentir completo una vez más.  

Perdido en versosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora