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Qué difícil es cuando un órgano de tu cuerpo que te hace vivir, tener experiencias excitantes, momentos que los guardarás con todo el cariño del mundo, pero que una persona que no has logrado superar siga llegando a él por tan solo ver una foto, una sonrisa, unos ojos, o incluso saber que le hablan otras personas pero sabes que nunca llegaron a ser nada, pero ese dolor te persigue por años y él no ha logrado borrarlo, pese a que es su recuerdo más bonito, y lo sabe, pero le duele y reconoce que eso le causa daño a su salud aunque no diga nada. Trata de vivir con ello pero hay días en que la melancolía llega y lo mata lentamente en todo el día: el estómago, los pulmones, el cerebro. ¿Qué puede hacer? Si este corazón deja de hablar con ella sufre: la extraña. Prefiere morir por haberme amado a alguien con quien no pudo tener una oportunidad que considera- según él- el hombre más feliz del mundo. Aquella persona no sabrá nunca que después de mucho todavía sigue amándola: en silencio, cada vez que mira el sol y las estrellas, pidiéndole a los dioses o a quien sea que lo escuche una oportunidad que comsidera que no desaprovechará.
                              

Perdido en versosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora