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-Escuchar con If I Could Fly (One Direction)
Los solitarios pasillos por dónde Zoe estaba caminando parecían más morgue que un hospital. Y de nuevo su imaginación estaba jugándole una muy mala pasada creando imágenes tenebrosas de Justin y Zayn muriendo. El día anterior apenas había tenido paz luego de haber regresado de ver a los chicos. No dormía desde hacía veinticuatro horas seguidas, y las ojeras que descansaban debajo de sus ojos eran una prueba de la falta de sueño que estaba presentando.
Siguió caminando con lentitud por los pasillos mientras metía sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta, tratando de darse un poco de calor, haciendo lo posible por eliminar un inexistente frío que ella sentía luego de varias horas sin dormir y luego de un reciente ataque de ansiedad. Zoe no recordaba que esa horrible sensación golpeaba su cuerpo luego y la hacía sentir más vulnerable de lo que ya se sentía con la preocupación con la que estaba cargando. No era nada fácil tener a sus chicos postrados en unas camas, sin siquiera mover los músculos y sin decirle nada puesto debían estar dándoles constantemente calmantes por los inmensos dolores que les provocaban los recientes huesos rotos que apenas y empezaban a sanar.
La pequeña pelirroja estaba tan sola. Se sentía tan jodidamente sola cargando con algo muchísimo más grande que ella. El silencio que siempre estaba acompañándola la hacía sentir tan débil, tan rota. El querer entrar a ver a sus hombres se le hacía tan doloroso. Si se sentía terrible estando fuera de la habitación en dónde los dos se encontraban y sentía como las paredes estuvieran a punto de aplastarla, no quería imaginar lo duro que sería para ella estar dentro de cuatro paredes en donde sus hombre iban a estar sin verla, sin hablarle, sin sonreírle. La imagen mental la rompía, la rompía tanto.
Zoe tuvo que detenerse abruptamente cuando vio como varias mujeres se reunían fuera de la habitación de Zayn y Justin. Su ceño se frunció cuando reconoció a varias de ellas. Su sangre hirvió y tuvo que apretar su mandíbula tratando de controlarse. Eran actrices. Y no cualquieras actrices. Eran con quienes Justin y Zayn follaban. Jadeó cuando vio como una cabellera castaña aparecía por la puerta y como el hombre les sonreía dulcemente a las mujeres. Elliot. Tomó rápidamente la capucha de su chaqueta y se cubrió su cabeza con una gran parte de su rostro cuando vio como Elliot empezaba a girar hacía su dirección. Dio un giro y caminó lo más rápido que podía. El pasillo a su izquierda sirvió para esconderse y tratar de respirar hondo.
No supo exactamente cuantos minutos pasaron antes de tener la valentía de separarse de la pared y mirar. Arrepintiéndose de inmediato. Hasta acá podía escuchar las jodidas charlas que cada una de las mujeres estaban dando. Los vellos de su piel se erizaron cuando cada una de las palabras golpeó sus oídos:
-¿Cómo pasó? Acababan de salir del estudio, nos estábamos despidiendo muy cariñosamente. No puedo creer cuán rápido pasó.
-Menos mal que no les ocurrió algo más grave, ¿Te imaginas lo horrible que hubiera sido que murieran? No me quiero imaginar algo así. Extrañaría a esos dos hombres si algo malo les pasara.
-¿Quiénes podrían reemplazar a esos bombones? Absolutamente nadie.
-Cambia eso por un: ¿Quiénes nos darían placer como ellos lo hacen?
Ella no sabía realmente como era que seguía de pie al escuchar todo aquello y menos cuando las risas acompañaron los comentarios. El frío en su cuerpo fue más intenso y tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano controlándose y tratando de respirar normalmente. Ya su pecho dolía y no podía permitirse aquello. Jodidamente no. Tenía que ser más fuerte de lo que estaba pareciendo en aquel momento. Tenía que ser fuerte por sus hombres. Tenía que dejar de comportarse como una niña.
Zoe apenas y tuvo la fuerza de poner un pie delante del otro y caminar lentamente al no escuchar nada más. Se preguntó adonde habían ido las mujeres. Quizá estaba siendo una imprudente por pasar con tanta libertad e ir directamente hacía la habitación de Justin y Zayn, poniéndose no solo en riesgo de que la descubrieran, sino a ellos, pero era más la fuerza de ir a verlos aunque tuviera que tropezar con cualquier persona. Zoe tomó el suficientemente aire y la suficiente valentía. Estaba tratando de tranquilizarse con todas las dudas que tenía y que golpeaban su cabeza. Dios, de verdad estaba preocupada, tan preocupada. Respiró lentamente y antes de arrepentirse pensó en lo bien que le haría por fin al verlos, abrazarlos, besarlos, quizá su cansancio se iría de inmediato y al fin podría ir a su casa y descansar sabiendo que ellos la habían extrañado tanto como ella lo había hecho. La sonrisa que floreció en su rostro provocó un sonrojo. No dudó más cuando giró el pomo y abrió la puerta con suavidad.
La imagen que Zoe presenció quedó grabada en su cabeza y la sonrisa desapareció de su sonrojado rostro.
Estaban riendo. Los dos. Lo hacían mientras varias mujeres los abrazaban y los tocaban muy cariñosamente. Zayn estaba apoyado contra la camilla y reía de algo que una castaña le susurraba al oído. Justin sin embargo estaba siendo abrazado por dos rubias quienes se acurrucaban contra él. Estaban golpeados. Justin tenía un gran vendaje en su cabeza de dónde apenas y se podían ver algunos mechones rubios. Su rostro estaba lleno de varios aruños y algunos parches que descansaban en sus mejillas, una de sus piernas tenía un yeso que abarcaba todo el hueso, sus muñecas estaban vendadas y algunos moretones recorrían sus brazos. Zayn no tenía ni una sola parte por donde Zoe mirara que no encontrara vendaje. Sus brazos estaban inmovilizados, ella podía ver por debajo de la bata (que tenía encima) que los vendajes se alineaban en su pecho, una de sus piernas al igual que Justin estaba enyesada.
Estaban en tan mal estado pero tan bien a la vez. Reían, no con ella, pero lo hacían. Estaban tan ocupados siendo abrazados por otros brazos que no eran los de ella. Estaban siendo besados por otros labios que no eran los de ella. Estaban riendo por alguien que no era ella. Estaban tan jodidamente ocupados que no la habían notado siquiera. Zoe no sabía que significaba el que te rompieran el corazón. Pero si era parecido al dolor que estaba comenzando a aparecer en su pecho, ella no tenía ni la más pequeña duda que por primera vez estaba experimentando uno de los dolores más grandes que jamás sintió. Un dolor que era más grande que sus fuerzas. Fue demasiado tarde cuando quiso interrumpir las pequeñas lágrimas que estaban corriendo por sus mejillas.
No fue necesario que mirara nuevamente para saber que estaba rota. Tan rota que estaba hiperventilando de nuevo. Y su cabeza retumbaba como un tambor. Sus sienes dolieron y tuvo que cerrar los ojos rápidamente, apoyándose en el marco de la puerta.
-¿Zoe?
La pelirroja abrió sus ojos y tragó fuerte cuando vio como todos la miraban. Como Justin y Zayn la miraban fijamente con aquel par de sonrisas que hacían que se derritiera, pero que definitivamente no estaban provocando en ese momento. Los temblores en sus piernas hicieron que cayera de rodillas y que se golpeara, no tuvo tampoco la fuerza necesaria y la parte superior de su cuerpo se fue contra el suelo.
-¡Mierda, Zoe!
Zoe escuchó la maldición de Justin mientras fuertes temblores golpeaban su cuerpo y el aire se iba de sus pulmones. Su cabeza dolía tanto que quería encogerse, pero no encontraba la fuerza. Su cuerpo no respondía. Se sintió tan débil al sentir varios pares de manos tocándola y tratando de ayudarle. Los mechones de su cabello tapaban su pequeño rostro. Sus oídos zumbaban y las lágrimas bajaron por sus mejillas mientras veía por entre los mechones a Zayn y Justin tratando de llegar hasta ella. No podía escucharlos pero si ver como movían sus labios pronunciando su nombre. Zoe se rompió al ver como varios enfermeros tuvieron que tomarlos de los brazos para intentar calmarlos y que no llegaran hasta ella. No querían que se hicieran más daño. Zoe se sintió tan estúpida al ver lo que había provocado.
Su corazón se estrelló contra su pecho con fuerza, quitándole el aire. Lo último que vio fue a un Justin y a un Zayn llorando y peleando por quitarse a los hombres de encima. Lo último que Zoe sintió fue un duro desasosiego que acompañó la oscuridad que la consumió.
