Exiliada

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Capítulo 13 

No pude evitarlo, cada vez es más complicado resistirme a mis instintos. Quería quedarme con Astrid, tratar de solucionar todo, olvidarlo todo, seguir siendo amigos. Y de un momento a otro, me encuentro alejándome de ella en dirección a quien sabe dónde. Es un estado el cual detesto con toda mi alma, estoy consciente, pero no puedo hacer que mi cuerpo reaccione. Mi instinto dragón cobra más fuerzas con cada luna.

-Vamos... vamos... que está pasando. –Decía ya cansado de volar sin detenerme. –Astrid, por favor espérame.

Rogaba para mí mismo que Astrid no haya malentendido nada, y aun siguiera ahí a la orilla de la playa esperándome. Pero con esa chica, nunca se sabía. Era tan impredecible, tan terca, tan... tan... linda...

-Qué demonios estoy diciendo. –Dije riendo.

Linda, sí. Mi Nadder había cambiado mucho durante todo este tiempo. O tal vez, ahora el que había cambiado era yo y podía ver la verdadera belleza que siempre había poseído. Cabello rubio, sedoso y radiante; ojos brillantes, de un azul como el cielo y una profundidad como el mar; labios de un leve tono rosa, perfectos. Ahora que la describía de esta nueva manera, sentía ganas de...

-besarla... -Musite mordiéndome los labios. ¿Desde cuándo sentía algo por ella? -Que estúpido soy. Una humana y un... chico mitad dragón. Pero si se pudiera...

Un dragón me saco de mis pensamientos. Cuando me di cuenta había al menos 10 dragones a mí alrededor. No tenía idea de donde habían salido, pero por lo visto, se dirigían al mismo lugar que yo. Por fin habíamos llegado a lo que había activado mis instintos. Mi hermano se encontraba herido y había enviado un mensaje pidiendo ayuda. Él nunca pedía ayuda, NUNCA. ¿Qué había hecho que hoy fuera diferente? La respuesta casi me saca los ojos al lanzarme espinas con su cuerpo cubierto de las mismas. Maldita sea su existencia.

-Susurros mortales

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-Susurros mortales. –Musite. -¡Hermano!

<<Hipo>> Rugió el con un leve tono de disgusto.

-¡Si no quieres que te ayude entonces tendrás que alegrártela por tu cuenta!

No dijo nada y trato de disparar a los susurros mortales pero sin conseguirlo.

<< ¡Son demasiados, hay al menos unos 8!>>

-¡Solamente a ti se te ocurre meterte con 8 dragones!

<<No es eso... >> Rugió observado al interior de una cueva.

Había un bebé humano dentro, no había rastros de su madre o padre por ninguna parte. Mi hermano a pesar de odiar a los humanos tenía un corazón noble. Y su corazón sabía que aquella pequeña criaturita no tenía conocimiento de lo que pasaba a su alrededor, no era malo, lo que los hacía malo eran las malas enseñanzas. Tal vez, podría utilizar eso para hacerlo ver que Astrid es una buena persona, y poder hacer que confié en ella.

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⏰ Última actualización: Jan 27, 2017 ⏰

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