Continuación

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Cuando Gry tomó la llamada sentí que un sudor frío me recorría por todo el cuerpo y me prepare para lo peor.

-Alexandra mas te vale tener una muy buena excusa como para que vayas llegando a esta hora a tu casa -tenía la voz seria pero sabía que se estaba preparando para explotar en cualquier momento -

-Pues no estoy en mi casa así que no creó que deba explicarte mucho -Brome y al parecer no fue buena idea porque la escuche soltar maldiciones del otro lado -

-DONDE DEMONIOS ESTAS?!- me grito,tu ve que alejar un poco el móvil de mi oído debido a lo fuerte que había sido -

-Escucha sé que te preocupe...pero estoy en el hospital -no me dejo terminar la oración cuando la escuche gritar mi nombre-

-O POR DIOS ALEX ESTAS BIEN? QUE TE PASO?  VOY PARA AYA-la escuche correr por lo que parecía ser su habitación-

-No, no Gry,  tranquila estoy bien-intente calmarla y parecía que funcionaba pero aún la escuchaba moverse mucho- hirieron a Dim, pero yo estoy bien-

-Estas segura Alex?  Nada te ocurrió?-escuché que abría la puerta principal de su casa así que me apure a decir algo-

-Si te lo juro, yo estoy perfectamente-solté un suspiro largo- Dim tuvo que entrar en la sala de urgencias, lo atacaron con una navaja y perdió mucha sangre… pero esta bien- me senté en una de las sillas de la sala común, empezaba a sentir que el cansancio me hacía efecto-

-vaya Alex...lo siento mucho-la escuche cerrar la puerta y supe que había conseguido calmarla-necesitas algo?,  quieres que valla? -

-No, Tranquila,  todo está bien… pero sería bueno que avisaras a Rayle que Dim no irá mañana al trabajo y que yo seguramente llegue tarde-

-Éstas segura? Cualquier cosa sabes que estaré hay en dos minutos… bueno no dos minutos  pero si pronto- la escuché soltar una risita y me la contagio-

-Eres una torpe sabes… te veré mañana si,  descansa- respire profundo y le colgué la llamada, sentía los párpados pesados y cada vez que los cerraba sentía como si mi cuerpo se desvaneciera en el aire. Estaba apunto de quedarme profundamente dormida cuando escuche que una enfermera me llamaba a lo lejos  , así que como pude me desperté camine a donde estaba ella-

-Señorita Wilmorth,  el señor Dimitri está ya en la habitación si su intención es pasar la noche aquí sería mejor que subirá a su habitación-me dio una especie de receta médica donde ponían el número de la habitación de Dim y otras cuantas cosas más, que con el cansancio me era realmente difícil poder leer-

Le agradecí como pude y caminé hacia el ascensor el cuarto de Dimitri estaba en el Cuarto piso y era la habitación doscientos sesenta y nueve, al inicio me costó un poco encontrarla, pero cuando di con ella, me costó mucho poder abrir la puerta, no por cansancio sino por miedo de verlo… en algún estado trágico, pero no podía evitarlo así que abrir la puerta y al verlo en la cama dormido profundamente por la anestecia me tranquilice,  solo estaba un poco pálido pero fuera de eso se veía totalmente normal,  vi un armario al final del pasillo y lo abrir para sacar dos mantas extras, una la puse sobre Dim para asegurarme  de que no fuera a pasar frío, le di un beso en la mejilla con cuidado de no despertarlo y me recosté en el sofá que estaba en la esquina del cuarto, me cubrí con la manta y lentamente me sumergí en un sueño profundo.

Creía que nada podía despertarme pero el sonido de un flash, como el que se escucha al tomar una foto me despertó,  miré por la ventana y vi que la luz de un sol resplandeciente brillaba, cuando gire mi vista hacia la cama de Dim lo vi despierto y con el respaldo de la cama lo suficientemente levantado como para poder verme desde donde estaba, inmediatamente me di cuenta de donde había venido el sonido del flash,  era el móvil de Dim ,  me había tomado una foto!?.

-Sabes lo dulce que te ves mientras duermes… y babeas- sonrió de oreja a oreja y yo me pare repentinamente limpiandome la boca en busca de la baba, pero no encontré nada-

-Sabes era mejor cuando estabas dormido hasta el fondo por esa anestesia-le lanze una mirada furiosa, pero se me paso en cuanto me di cuenta de que estaba recién levantada así que no muy discretamente corri al lavabo-

Cuando me vi en el espejo realmente agradecí el no haberme maquillado la noche anterior  ya que me veia exactamente igual que ayer… solo que con unas ojeras terribles, salí del lavabo y lo vi intentando acomodarse seguro le dolía la herida.

Jugetes DesechablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora