Un mundo triste

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Cuando al fin pudo llegar a su destino, sintió como si su alma dejará su cuerpo, su corazón había dejado de latir por un segundo...

Desdé que había despertado todo había sido como una aterradora pesadilla.

Sus cuatro hermanos menores, Choromatsu, Ichimatsu, Jyushimatsu y Todomatsu desconocían por completo la existencia de Karamatsu, era como si desde un principio ellos hubiesen nacido como quintillizos.

Y efectivamente... En aquel lugar que llamaba hogar, no había ni siquiera rastros de que alguien como su hermano menor hubiera vivido.

Ni siquiera sus padres o amigos lo conocían.

-¿Por qué esta pasando esto...?- Y ahora, sus lágrimas caían ante aquella visión imposible -Si nadie conoce a Karamatsu... ¿Por que hay una lápida con su nombre...?- Mordió su labio inferior con fuerza.

-Porque este no es el mundo real...- El extraño sujeto que había aparecido la noche anterior volvía nuevamente.

-Tu... ¿Que mierda me hiciste...?- Preguntó sin ánimos, la conmoción aun lo tenía fuera de si.

-Dime niño... ¿Alguna vez te haz preguntado como viven las persona su realidad...?- Se acercó lentamente hasta sentarse sobre la lápida de Karamatsu.

-¿De que demonios hablas...?- Un semblante lleno de odió se posó en el contrario.

-El cielo siempre esta gris... Periódicamente llueve a cántaros... Las miradas siempre son indiferentes... Y nadie nunca a escuchado hablar de Karamatsu...- Acarició suavemente aquel monumento de piedra -Es un mundo bastante deprimente... ¿A quién crees que pertenece?- Miraba al primogénito con una amable sonrisa.

Por varios minutos se mantuvo en silencio, procesaba la información que había recolectado en las horas pasadas... Hasta que dudoso encontró, mas bien, pregunto su respuesta.

-¿De Karamatsu...?- Al decir aquellas palabras pudo ver como una gentil sonrisa se posaba en su persona.

-Es bastante impactante ¿verdad...? El mundo que ve Karamatsu...-

-Me estas diciendo... ¿Que esto es lo que Karamatsu piensa de nosotros...?-

-No es lo que piensa... Es como Karamatsu vivía su día a día...-

La lapida que acariciaba el extraño lentamente comenzaba a romperse en miles de pedazos, mostrando en su interior una pequeña luz azul.

-El color gris del cielo... Es su tristeza... Siempre presente...-

La luz azul, como si se tratase de agua se fue tiñendo lentamente de sangre.

-La lluvia que cae sin parar... Son sus lágrimas... Caen con fuerza y sin freno...- Su sonrisa se volvía melancólica -Las miradas indiferentes... Son sus preocupaciones, problemas y complejos... Solo son ignorados...- Alzó su mano al frente para señalar al de rojo -El olvido de tus hermanos, padres y amigos... Es su existencia... Nunca se tomaron la molestia de tomarla en cuenta...-

Cuando la luz fue consumida por la sangre, esta se desvaneció soltando un aire pútrido que revolvió el estomago del primogénito.

-Y esa luz, ese aire infectado... Era el corazón de Karamatsu... Lentamente se fue pudriendo... Lo único que lo mantenía mínimamente sano era la esperanza de que, quienes amaba lo amaran como él a ellos...- Suspiró ligeramente para poder mirar el cielo que comenzaba a llorar.

-Karamatsu esta... ¿Llorando...?- Inconscientemente dijo aquella pregunta, las palabras del extraño lo habían dejado al borde de las lágrimas, ya ni siquiera sabía si debía seguir hablando.

-No... Karamatsu ya no es dueño de este mundo... Como te dije... Karamatsu término con su vida... Este mundo ya no tiene dueño... Pero sigue repitiendo una y otra vez su forma de vida... Seguirá lloviendo hasta que se inunde... Hasta que se desborde por completo...- Suavemente se levantó de la lápida para caminar hasta Osomatsu -Y ustedes son los culpables...- Le sonrió ampliamente, estremeciendo al menor.

-Entonces... Que yo este aquí... ¿Significa que también e muerto...?-

-No... Solo has perdido el conocimiento... Solo quería mostrarte como Karamatsu se sentía...-

Osomatsu se quedo pensativo por un segundo -Ese no era tu objetivo... ¿Verdad...?- Preguntó secando sus lágrimas.

Ante su pregunta él hombre desconocido saco de sus bolsillos una esfera azul transparente.

-Esto es para ti...- Le entregó aquel objeto en las manos.

-El ego de Karamatsu...- Lo miró absortó, habían pasado años desde la ultima vez que lo vio, le parecía lo mas hermoso del mundo.

-Tienes que llevárselo a ese profesor chiflado que conoces... Con él podrás ver el nuevo mundo de Karamatsu...- Le sonrió amablemente.

-¿Por qué... Me lo das...?- Lo acariciaba suavemente.

-Es un pequeño obsequio... Si no lo quieres puedes devolverlo-

-¡No!- Exclamó de inmediato guardándolo en el bolsillo de su sudadera.

-Bien- Mostró sus dientes en una sonrisa -Karamatsu a muerto en este mundo... Pero vive en otro... En su mundo ideal... Tienes el privilegió de poder verlo...- De un momento a otro se abalanzó para abrazar al menor, exaltándolo en el acto -Este es tu castigo... Puedes verlo pero no tocarlo... Es un mal tiempo para estar enamorado ¿Verdad...?-

habiendo dicho aquello una cegadora luz envolvió a Osomatsu, provocando que se desmayará...

(...)

Abrió sus ojos lentamente, pudiendo sentir el calor de las mantas.

-¡Osomatsu-nissan!- Escuchó la energética voz de su quinto hermano, quien lo miraba con sus ojos vidriosos.

Levantó con cuidado su torso para observar a todos sus hermanitos al frente suyo, al borde de las lágrimas.

-¡O-Osomatsu-nissan!- Se abalanzaron sobre él descargando aquel líquido trasparente.

-¿Que te pasó? ¡Has estado inconsciente por dos días!- Comenzó a alzar la voz el tercero de los Matsuno.

Mientras, Osomatsu aun se estaba incorporando al cambió de ambiente.

-Choromatsu...- Llamó su atención -¿Conoces a Karamatsu...?- Preguntó inquieto, quería asegurarse que estaba en el lugar indicado.

-¿Eh...? ¿A que viene esa estúpida pregunta...? Claro que lo conozco, es nuestro hermano- frunció su ceño levemente, aquello le había molestado un poco -¿Te sucede algo...?-

No respondió, en su lugar dejó caer en silencio sus lágrimas, apretaba con fuerza su labio inferior evitando gritar de dolor... Aquella experiencia fue la peor de todas.

Cuando dejo de llorar, se levanto del futon para buscar su sudadera, y cuando la encontró revisó los bolsillos sintiendo un pequeño objeto esférico.

-¿Osomatsu-nissan...?-

-Vamos chicos... Vayamos a ver a Karamatsu...- Les mostró el ego de Karamatsu... Brillaba en sus manos temblorosas y húmedas...

Beautiful world / Karaworld (Osomatsu-san)Where stories live. Discover now