Sujetaba su cuerpo tembloroso entre sus mangas, el frío de la habitación se colaba por cada espacio en su ropa casi pareciese que estaba en medio de una tormenta helada.A pesar de que gracias al hombre pelirrojo pudo quedarse en aquella casa, Karamatsu no fue para nada amable, obligándolo a dormir sólo en el oscuro sótano que ahora poseía esa extravagante casa.
Se encontraba recostado en un colchón polvoriento, húmedo y desgastado, sentía como algunos resortes se clavaban en su delicada piel de niño.
-Mucho... Fr-fr-frío...- Murmuró mientras sorbía la sustancia que salía de su nariz.
Buscaba con sus ojos algo que pudiera cubrir su helado cuerpo antes de que pudiera morir de hipotermia, pero era inútil, la oscuridad de aquel lugar con suerte le permitía ver la punta de su nariz.
-Ni-nissan... Te... Tengo frío...- Su voz ya aguda y dolida por la helada apenas si se podía escuchar -Nissan... Nece... Necesito un abrazo...- Pequeñas lágrimas se escapaban de sus ojos, su cuerpo lentamente iba perdiendo su calor.
Sus dedos rojos dolían, su cabello tieso y enmarañado le picaba y molestaba y el olor desagradable a humedad comenzaba a producirle nauseas.
Esta noche no podría dormir, ni siquiera sabía si sobreviviría a ella.
Cerró sus ojos con fuerza para al menos descansar estos, pero entonces un fuerte destello interrumpió aquel desesperado acto.
-¿Jyushi?- Una suave voz lo exaltó, obligándolo a ver en su dirección.
-O-Osomatsu-nissan...- Lo miró con su cuerpo aun temblando.
No sólo el primogénito bajaba por las escaleras, Choromatsu, Ichimatsu y Todomatsu venían junto a él.
Todos traían consigo algún objeto en sus manos.-Te hemos traído algunas mantas...- Choromatsu se acercó lentamente hasta su hermanito.
-Una bufanda, gorro y guantes también...- Ichimatsu le sonreía tiernamente mientras colocaba cada objeto en la parte correspondiente.
-También hemos preparado sopa caliente, para que tu cuerpo entre en calor- Todomatsu se acercó con cuidado de no derramar aquella olla llena con sopa.
-Y aquí tienes un cambio de ropa nuevo, esa ya debe estar mojada ¿Verdad?- La sonrisa de Osomatsu le pareció deslumbrante mientras le entregaba dichas prendas.
Nunca en su vida había recibido tal muestra de atención y cariño por sus hermanos, bueno, por los hermanos de su contra parte, y ya que ambos eran Jyushimatsu eran sus hermanos también.
-¿E-esta bien que ha-hagan esto por mi...? Karamatsu-nissan podría molestarse...- Algo asustado comenzaba a sorber un poco de sopa.
-Claro que esta bien, eres nuestro hermano, nunca te dejaríamos morirte de frío... Aun si las ordenes de Karamatsu eran dejarte sólo...- Paseó una de sus manos por su nuca dibujando una distorcionada sonrisa en su cara.
De sus ojos comenzaron a caer pequeñas y suaves lágrimas -Gra... Gracias...- Su amplia sonrisa nuevamente aparecía mientras terminaba de tragar por completo la sopa caliente.
-No tienes por que agra...- La frase no fue terminada, de un momento a otro todo al rededor de Jyushimatsu se volvió negro y blanco, el tiempo se detuvo y los únicos colores que se podían apreciar eran los suyos, y los de la persona que lentamente bajaba la pequeña escalera.
-¿Alguna vez tuviste este tipo de trato?- Preguntó el pelirrojo mientras caminaba en su dirección.
-Fujitora-san...- Murmuró preocupado de aquel extraño -¿Que le paso a Osomatsu-nissan y los demás...?-
-Tranquilizante, volverán a moverse luego de un par de minutos... Ahora responde- Pidió con una amable sonrisa surcando sus labios.
Aquello ya comenzaba a ponerlo incomodo, cuando aquel sujeto sonreía daba mas miedo que cuando no lo hacia.
-No... Nunca habían sido tan... Atentos...- Apartó su mirada de la ajena.
-Se siente bien ¿Verdad?- Era una pregunta tonta, no necesitaba oír su respuesta, pero aun así el menor asintió de forma suave -Este es el mundo de Matsuno-kun... Es amable... Nadie te mira con odio porque nadie lo siente... Todos son felices y dibujan sinceras sonrisas en sus bocas... No existen peleas ni guerras... Solo paz...- Su voz se suavizaba mientras hablaba.
-Pero los ojos de Nissan...- Una mueca triste se posó en su cara.
-Matsuno-kun es la excepción a esa regla, ya que él es dueño de este mundo- Aclaró mientras comenzaba a caminar hasta las escaleras -Es bueno que antes de irte sientas algo de cariño... Pero no esperes recibirlo por parte de Matsuno-kun...-
-Nissan... Yo quiero a Nissan...-Murmuró cabizbajo.
-Si... Como todos...- Mencionó antes de tronar sus dedos y perderse entre la puerta que daba a la salida.
Después de aquel tronido el color y movimiento volvió a sus hermanos, quienes extrañados observaron los ojos tristes del menor.
-¿Jyushi? ¿Sucede algo hermanito?- Con voz suave Osomatsu trataba de reconfortar a su querido hermano, siendo ayudado por los demás.
(...)
El pelirrojo caminaba por los oscuros pasillos, mientras sentía una conocida presencia asomarse por la sala de estar.
-No sabía que te gustaba espiar, Matsuno-kun- Sonrió con un leve sonrojo adornando sus mejillas.
-Solo se dio la casualidad de que pasaba por aquí- Mintió de forma tan desinteresada que causo una ligera risa en el mayor.
-Es raro que sientas simpatía por el después de tanto- Se acercó lentamente al de azul, hasta plantar un dulce beso en sus labios -Siendo yo que te convencí de odiarlos...- Lo abrazo por el cuello mientras soplaba en su oído.
-Descuida... Nada me hará pensar lo contrario... Mis antiguos hermanos ya murieron para mi...- Una sombría mirada se implanto en la persona que los espiaba...
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Beautiful world / Karaworld (Osomatsu-san)
أدب الهواةYa cansado de no ser tomado en cuenta en este mundo, decidió crear el suyo propio. Un mundo donde él fuese el centro de atención.