Emma ¡Tu serás mía!

Capítulo 4

—¿De dónde sacaste ese documento? —Pregunta Robert de curioso, intentando quitarle el papel a su hermano.

—Aquí mismo en la oficina. —Contesta Mauricio mirando el documento desde el escritorio. —Esta chica al parecer tiene muchas experiencias laborales. Además que ha sido secretaria.

—Pero, no entiendo. ¿Qué es lo que planeas hacer?

—¡Ay! hermano, desde que vi a esa chica. No he dejado de pensar en el momento que lo haré mía. Solo tenía que ver lo deliciosa que es esa mujer.

—Pos sí, yo la vi trabajando en la fiesta. Pero, ¿Estás seguro que no puede tener novio? Mira que te puedes meter en problemas por eso.

—Solo hay una manera de averiguarlo. —Dijo el chico rubio tomando su celular y marcando un número.

Conversación telefónica........

— ¡Bueno! —Contesto Ana a su teléfono.

—Ana, necesito que me hagas un favor.

—Si jefe, ¿Qué necesita?

—Necesito que contactes a esta chica, y le pongas una cita mañana a las 10 am.

— ¿Y se puede saber para qué es esa cita y quien es la chica?

—No preguntes tanto mujer, solo es una entrevista de trabajo. Y obvio la chica te mandare todos los datos ahora mismo por correo. Quiero que te pongas en contacto con ella ahora mismo, y la cites para una entrevista mañana en mi oficina.

—Pero jefe, ¿No debería ser yo quien le haga esa entrevista?

—Solo haz lo que te digo, y asegúrate que esa chica asista mañana a esa entrevista. ¡Entendido!

—Sí, jefe. Haré lo que me pide.

—Perfecto, no quiero errores. —Dijo el chico y colgó de mala manera.

Fin de la llamada telefónica.........

Mauricio se queda ahí fijamente mirando el documento que tenía en manos, luego mira hacia su hermano que lo ve con cara de; "Sarcasmo" y pregunta;

—¿Qué pasa?

—No, nada. Si sigues así con la pobre de Ana, lo único que vas a lograr es que ella te odie más de lo que te odia. —Dijo este y se fue del despacho. Mauricio solo se rio de su hermano mientras se iba a su escritorio a su pasar los datos de Emma.

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Emma llega cansada a su casa, estaba exhausta por la fiesta en la mansión Becket. Pero el dinero que le dieron por lo menos le servirá para que su familia coma por unas semanas. Ella era una chica que a pesar de su carácter pesado, siempre ponía a su familia por delante de ella, incluso sabiendo cómo es Altagracia con ella.

La castaña paso por la cocina por un vaso de leche, luego se fue camino hasta su dormitorio, pero la puerta de la habitación de su hermano la hizo detenerse. Al entrar al cuarto del menor, lo vio medio deprimido sentado con la cabeza baja en su escritorio, esta se acerco y le pregunto;

—José Elías, ¿Qué te pasa hermano? —Pregunto la chica a su hermano, que estaba como deprimido.

—No pasa nada Emma. —Contesta su hermano sin ánimos de querer hablar.

—José Elías, ¿Por qué eres así conmigo? ¿Qué acaso no confías en mí? —El menor mira a su hermana con lastima, luego vuelve a bajar la cabeza en el escritorio.

—Ya te dije Emma, no pasa nada. ¡Tranquila! —Dijo el chico aun con la cabeza baja.

—No, tú no estás bien José. Así que dime que estas, ¿Tuviste problemas en la universidad? —El joven se queda callado, pero luego dice;