T o r t u r a m e n t a l

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Grité, grité y grité. Grité lo más fuerte que mis pulmones permitieran. Grité hasta que se me acabó el aire. Grité hasta que mi garganta se desgarró.

Y aún así nadie me escuchó

Una mezcla de terror con  dolor me invadió hasta los huesos. Pude sentir cómo se desgastaban, incluso hasta sentí que mi corazón explotó de tanta sangre que bombeó al hacer un esfuerzo por seguir viva. Recuerdo cómo mis manos flaquearon al verme en tan deprimente estado.

Tan débil

Tan sola

Tan quebrada...

Desperté, desperté, desperté. No morí. Estoy aquí. Estoy bien. No. No estoy bien.
Escucho gritos, otra vez, me atormentan. Son los gritos del mar que me ahogan. Me hunden, me arrastran hasta que les confiese mis pecados más inhumanos.

Me torturan

Lentamente

Hasta perder por completo mis cinco sentidos

Pero me han ganado

Yo ya los perdí.

Ahora soy solo alguien más. Alguien. AlguIEN. aLgUiEn.
ALGUIEN. 

A
L
G
U
I
E
N

¿...Me escuchan? Estoy perdida. No puedo hacer nada más. Nunca nadie, absolutamente nadie me ayudó. Solo me dijeron que necesitaba ayuda. Pero ninguno se atrevía a ayudarme.
Un día ellos lo decidieron.

Me quisieron salvar.

Pero solo me destruyeron más

Me dijeron que las pastillas aliviarían mi dolor.
Pero yo ya estaba muerta, las pastillas no reviven personas.
Mi dolor fue permanente, no hubo nada para ayudarme.

philocaly || poesía Where stories live. Discover now