Capítulo 0 : Un Resplandor Esmeralda

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Había sido un día verdaderamente agotador. Como de costumbre, Claus se había levantado de madrugada para tener tiempo de prepararse y evitar despertar a su querido abuelo. Por mucho que le cuente que él se siente aún como un joven de su edad, sabe que en verdad tiene problemas de espalda, no ve muy bien con el ojo izquierdo, y tiene con frecuencia pérdidas de memoria, cosa que demuestra casi en todo momento llamándole por el nombre de su difunto padre; pero ya se había acostumbrado, así que no le importaba demasiado. Necesitaba descansar todo lo que pudiese, y en cierta parte, Claus pensaba que él mismo también.

Desayunó lo de siempre, pan gris duro con un con un poco de "leche",( si es que ese líquido semigris sacado de shates se podría considerar como tal...),mientras pensaba si Torka le haría algún descuento por el favor que le hizo hace unos días de llevarle un poco de beuxita totalmente gratuita. Posteriormente a finalizar su almuerzo mañanero, y poner la vajilla en su sitio, se dispuso a vestirse con su ropa de trabajo.

Constaba de unas botas de campo, heredadas de su padre, ya desgastadas con el tiempo , y con una pequeña brecha que tenía que arreglar en el zapato derecho; un mono de trabajo de tirantes, que personalmente, le parecía bastante cómodo, y una camiseta sencilla para cubrirse el cuerpo. Todo ello de un color gris sucio. En realidad no es que hubiese mucha variedad de tonalidades; allí donde se encontraban era todo  gris o negro, exceptuando algún que otro producto exótico que rara vez no llegaba a estropearse por el ambiente tan cargado que había. Incluso en las épocas más frías, las pequeñas y lúgubres montañas en donde se había construido su hogar, ya no se cubrían de aquella  sustancia de color blanco, al que los más ancianos denominaban "nieve". Claus nunca había visto realmente la nieve, pero le parecía curioso algo que cayese del cielo que no fuese solamente lluvia contaminada por la atmósfera que les tocaba vivir en esos tiempos.

Después de salir de su casa,se dirigió, con su peculiar sonrisa que mostraba todos los días, a la plataforma que le llevaría al "Centro", lugar en el cual se encuentra, en su localización más profunda, las minas de beuxita, ( yacimientos, en los cuales trabajaba Claus como minero ).

 Aquel trayecto silencioso hacia su transporte ya era rutina; no había nadie en las calles, exceptuando algún que otro borracho proveniente del "Centro", que rara vez hacía acto de presencia, así que en general, el ambiente que se encontraba Claus cada madrugada, era de una sensación de sosiego, entorno que a Claus, no es que le agradase demasiado.

Había un reloj que Claus pudo ver, al fondo, en la única plaza que había,(  incrustado en un pilar metálico de forma retorcida y alargada ), que marcaba las cuatro de la mañana. Se supone que a esa hora debería ser de noche, pero entre que la mayor parte del tiempo, Claus lo pasaba trabajando en las minas, y el cielo gris, que podía verse desde su casa, no daba pista alguna de los posibles rayos del Sol que intentarían colarse entre la densa acumulación de lo que quisiera que estuviese formando esa colosal capa grisácea, él, ( y la mayoría de los habitantes de ese lugar ), tenía problemas de horario, y con frecuencia, trastornos de sueño. Por eso, como todo el mundo, intentaba conseguir uno de esos relojes de muñeca tan poco comunes, para al menos tener conciencia del tiempo que pasaba, y poder organizarse mejor. Había días incluso que, algún compañero suyo tenía que avisarlo de que sus jornadas habían terminado por ese día, ya que Claus con frecuencia, debido al cansancio y falta de sueño, perdía consciencia de lo que pasaba a su alrededor. Incluso una vez, hubo un pequeño derrumbamiento interno justamente al lado de Claus, aunque este, ni se inmutó, solo siguió minando para sorpresa de todos. Aún así siempre iba positivo y optimista, y sacaba fuerzas de flaqueza por muy agotado que estuviese, ya que él tenía sus propios motivos para seguir adelante sin importar el que y levantarse cada nuevo día para ir a currar una vez más.

El Cazador de NubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora