Después de su disculpa mi corazón latía con fuerza, se acercó y me abrazo.
-Cuando me preguntaste si estaba bien en realidad no. -lo abrace con mas fuerza. -Te extraño.
-Yo también te extraño mucho. - respondió.
-Se que yo te quiero mas de lo que tu me quieres a mi y... - me interrumpió con un beso, sus labios y sus manos eran cálidos.
Después de eso me susurro al oído.
-Tu eres mi vida.
Después de decirme eso, me odie a mi misma. Todo lo que hice fue muy egoísta.
-La verdad yo... -pensando lo que estaba a punto de hacer consciente de que podía que no me creyera o que fuera posible que no lo entendiera. No le dije que la persona que veía frente a el posiblemente moriría, sin mencionar que mi cuerpo físico el que todos pueden ver estaba en el hospital. -Estoy feliz de estar contigo.
Esa noche después de despedirnos no tenia a donde ir.
Volví al hospital, y ya que había perdido mucha sangre todavía era muy probable de que mi cuerpo rechazara la sangre y muriera. Creí que al coser las heridas me repondría, pero en mi caso era mas que eso.
Me senté a lado de mi madre mientras la escuchaba rezar. Me recargue en su hombro hasta que nos quedamos dormidas.
Al día siguiente el doctor estaba hablando con mi madre comentándole que no había una gran mejora en mi que tenia que seguir esperando así que creí que debía estar lo mas que pudiera con Michael.
Fui de nuevo a su casa pero solo hablamos por pocos minutos el tenia que irse pero antes de eso me dio una rosa me miro sonriente y me dio un largo beso.
-Si me necesitas puedes contar conmigo, mas tarde cuando vuelva tengo que decirte algo.
-Gracias, te estaré esperando en el parque.
Tomo mi mano y se alejo, Rosando nuestros dedos y subió a su auto.
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