Epílogo

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Habían pasado tres años ya desde que terminaron la preparatoria y si bien no habían dejado de verse y salir de vez en cuando siempre había sido con su grupo de amigos y en esas reuniones se trataban temas en común o simples comentarios absurdos con la finalidad de reír y pasar un buen rato.

Fue durante las vacaciones de verano que acordaron salir de nuevo, liberarse un poco del estrés de la escuela y ponerse al tanto de lo que había pasado durante el tiempo que no se vieron. Un encuentro como cualquier otro, todo acordado y listo para realizarse sin saber que un pequeño cambio en los planes cambiaría por completo la situación.

-¿Cómo que no vas a poder venir? Ya estoy aquí esperando-fue el mensaje que envió David cuando su amiga avisó que no podría asistir.

-Tampoco puedo ir, tengo que acompañar a mi mamá a hacer unas compras y me amenazó con no dejarme salir si no voy-fue el siguiente mensaje que recibió.

-No me vengan con eso ahora... Todos habían dicho que sí y resulta que sólo Gabriel, Gaby y yo podemos.

-De hecho tampoco puedo David, me cambiaron las fechas y ahora tengo que estar hoy pero con suerte Gabriel sí va a estar.

-Los odio, me hubieran avisado antes porque seguro ahora a Gabriel le dará flojera y no va a querer entrar a ver la película-fue su último mensaje reclamando por la cancelación a último momento.

Luego de eso una lluvia de disculpas y promesas para reunirse llegaron a su celular pero simplemente la ignoró, estaba mucho más preocupado por lo que podría pasar ahora que estaría solo con el chico luego de tanto tiempo y es que, si con sinceridad se puede hablar, pese a todo lo que había pasado y todo lo que prometieron, incluso sin la necesidad de las palabras, aún conservaba cierto apego a la relación que mantuvieron.

No estaba obsesionado con ello ni tampoco esperaba poder volver a salir con él como en la preparatoria, tenía más que claro que algo como aquello nunca sucedería, pero le preocupaba como pudieran tornarse las cosas con sólo ellos presentes y todo lo que se habían guardado.

Rendido completamente, pues tampoco estaba dispuesto a abandonar a su amigo, esperó en donde habían acordado por un par de minutos hasta que cierta voz lo distrajo, provocando que aquella sensación de nervios que tuvo años atrás regresara.

-Que novedad que aún no haya nadie más que tú y yo... ¿Ahora que fue...?-preguntó el más alto mientras se sentaba a su lado.

-Ojalá pudiera decir "Lo de siempre" pero en realidad es aún peor pues dijeron que nadie puede venir, dieron sus explicaciones pero simplemente seremos tú y yo...-volteó hacia él riendo un poco de forma sarcástica-Si quieres podemos vernos otro día que estén todos, sé que no eras el más entusiasmado con la película así que no hay problema.

-Pero tú tenías muchas ganas de verla ¿O no? Estuviste insistiendo desde que anunciaron el estreno para que te acompañáramos a verla, no creo que quieras dejar pasar la oportunidad...

-De verdad no es necesario que vayamos ahora, si de verdad no quieres podemos hacer otra cosa...-intentaba mantener sus nervios bajo control y disimular su ansiedad.

-Deja de armar tanto alboroto por ello y vamos, por más que digas que no es necesario sé que lo quieres así que vamos... Falta media hora para que empiece ¿No? Compremos los boletos ya, es lo mejor...-y sin decir más comenzó a caminar hacia la taquilla esperando que el chico lo siguiera.

En silencio caminó tras él, realmente no sabía cómo tomar aquel gesto y tampoco quería malinterpretarlo, simplemente pensaba mientras hacía fila junto a su amigo demasiado sumido en sus pensamientos como para hablar con él.

Todo en contraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora