—¡Ah, no! ¡No voy a dejar que escape! —exclamó Aoi saliendo justo detrás de Yukizome. Naegi le gritó que no fuera impulsiva pero ya era tarde. La nadadora acababa de perderse por el mismo pasillo que la desesperada mujer.
Kimura Seiko contuvo sus ganas de salir corriendo del mismo modo que acababa de hacer Asahina Aoi. No le quedó más remedio que quedarse y explicarles por encima lo sucedido a Naegi y Munakata [el cual parecía severamente afectado por todo lo que estaba sucediendo y no le culpaba teniendo en cuenta su extraña... relación con Yukizome (nunca había terminado de comprender en qué términos estaba su relación y ahora quería saberlo menos que nunca)].
—Entonces, ¿está en manos de Yukizome terminar con todo esto? ¿Es ella la persona con la que trabajaba Tengan? —preguntó Naegi.
—No lo sé —respondió Kimura—. Pero Tengan no parecía en la desesperación, no, quiero decir, Tengan no estaba en la desesperación. Habría reaccionado ante Sakakura y él... él hablaba de esperanza.
—No suena muy lógico que hable de esperanza mientras provoca que nos matemos entre nosotros —musitó Naegi. Kimura no podía estar más de acuerdo con él, sin embargo, no había modo de que ya pudieran discutir más el tema. Tengan estaba muerto y no iba a resucitar para explicarles qué demonios pasaba por su enferma cabeza. Miró a Munakata cuando le escuchó acercarse a ellos y no dijo nada cuando el albino agarró a Sakakura de un brazo para elevarlo y poder cargar con él.
—Tenemos que salir de aquí —masculló el vicepresidente—. Necesita atención médica —Kimura tragó saliva. Jamás había visto tan perdido a aquel hombre. Deseó que nada de aquello hubiera sucedido pero un simple deseo no iba a cambiar los hechos.
—¡Busquemos a Kirigiri! —exclamó el chico de la esperanza—. ¡Ella nos ayudará a encontrar el modo de salir de aquí!
—Naegi... ayuda a Munakata e id a buscar a Kirigiri. Yo buscaré a Asahina. Me preocupa que pueda pasarle algo —reconoció la farmacéutica. Sabiendo que Sakakura estaba en manos de aquellos dos hombres podía preocuparse por el hecho de que tenían a una talentosa mujer llena de desesperación correteando por las instalaciones como Pedro por su casa. En cierto modo se sentía responsable. No había podido moverse demasiado sorprendida por la revelación y había sido Asahina la que había logrado reaccionar a tiempo de que ocurriera una desgracia. Se puso en marcha sin esperar la aprobación de aquellos dos.
—¡Ah, Kimura! ¡Por favor, evita que alguien golpee a Asahina! ¡Sería terrible! —escuchó que Naegi exclamaba mientras ella corría por el mismo lugar por el que Yukizome y la nadadora habían huido. No había pasado tanto tiempo desde que se habían marchado así que Seiko confiaba en que pudiera encontrarlas tarde o temprano.
Una parte de ella desearía más tarde el haber sido más rápida. El no haberse entretenido tanto con Munakata y Naegi mientras internamente se había cuestionado si era correcto seguirlas o no.
Porque no las encontró solas.
Parecía ser que Asahina había dado alcance a Yukizome y al mismo tiempo ambas mujeres se habían topado de lleno con Izayoi y Ruruka o al menos eso intuyo por la situación que se presentaba ante sus ojos.
Ella realmente había odiado a Ruruka. La había odiado como se odia a esos niños que abusan de tu bondad para sacarte hasta la última gota de tu confianza en el ser humano. La había odiado hasta el punto de realmente querer matarla y, sin embargo, ahora que la veía allí, tendida en el suelo, desangrándose, la sola idea de que ella realmente fuera a morir le hizo darse cuenta de que realmente, realmente, no habían aclarado nada. Nunca se habían dicho la verdad a la cara. Nunca habían realmente hablado de lo sucedido o de la razón por la que ambas se guardaban rencor. Kimura había creído entonces que no merecía la pena. ¿Pero realmente no hubiera merecido la pena?
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La congoja de las que callan
Fanfiction"Sakakura Juzo siempre supo que no llegaría a viejo. Tener la casi certeza de que iba a morir por culpa de un amor unilateral no lo hizo más llevadero." MunaSakaMuna. Hanahaki AU. Advertencias: De acuerdo, este fic se sitúa en el universo que todos...