ALEXANDRA
Abro los ojos cuando oigo un grito en la habitación de al lado. Rápidamente me llevo las manos a la cara por el gran dolor de cabeza que me provoca la resaca. Me incorporo y poco a poco ando hasta salir de la habitación.
- ¿Se puede saber que cojones pasa? -digo algo borde- hay gente que quiere dormir, así como dato
- Callate -suelta Nata- soy yo la que debería preguntarte a ti haber que es lo que pasa
- De que me estas hablando -digo confusa. Desbloquea su telefono móvil y se acerca lentamente a mi
- De esto hablo
Me quedo en shock cuando veo eso. No se que decir. Estoy tratando de darle explicaciones a Natalia para que no se enfade más de lo que ya esta. ¿Pero como cojones le voy a explicar a ella nada si ni si quiera puedo explicarmelo a mi? No se cuando ocurrió eso. Y la verdad que me gustaría acordarme, porque joder, es Daniel Ovie... MIERDA, ES DANIEL OVIEDO.- Oye, mira que se que estas enfadada y que me quieres tirar de los pelos -digo a toda prisa- pero necesito que me digas donde has visto eso, luego ya si quieres discutimos
- Esta por todas las redes sociales, querida
Salgo corriendo del apartamento y me dirigo al de Dani, mientras pienso en quien coño se cree Natalia para hablarme así, tampoco puede estar tan dolida...
Llamo repetidas veces hasta que un chaval bastante guapo aunque tiene cara de dormido me abre la puerta. Le empujo cuando me doy cuenta que no tiene intenciones de moverese. Este seguira borracho, pienso. Entro en la primera habitación que veo y por suerte es la que estaba buscando.
- Dani, Dani, Dani, Dani -chillo a la vez que le balanceo
- ¿Alexa? -dice con una voz ronca que Dios, casi me desmallo- ¿Que te ocurre?
- Esto me ocurre -digo repitiendo las palabras que anteriormente dijo mi amiga. Y seguido le enseño la foto - esta por todas las redes sociales
- Oye, pues es bonita ¿no? -le asesino con la mirada- no me mires así. ¿Que quieres que te diga? Tampoco es para tanto
- No sería para tanto si no fueras un puto famoso con mas de medio millon de fansde las cuales mínimo la mitad de ellas, incluidas mis amigas, las que casi me arrancan los pelos, son unas celosas compulsivas y quieren matar a todo ser que se te acerque
- Diremos que es un edit y ya esta -sonríe- no te preocupes.
Me giro dispuesta a irme ya que veo que le importa más bien poco. Pero agarra mi mano y tira de ella hasta que caigo al hueco vacio de su cama.
- ¿Que haces? -digo intentando sonar indignada y si, intentando porque obviamente me he dejado caer y ahora mismo estoy tratando de calmar a mis revolucionadas hormonas
- Te estoy haciendo un favor -dice atrayendome mas hacia el- ¿no querras que tus amigas te atoxiguen a preguntas?- niego con la cabeza y me muerdo el labio intentando calmarme. - no hagas eso
- Hare lo que quiera, digo yo ¿no? -respondo, volviendo a morderme el labio. A veces provocar un poco no es malo, y lo sabeis.
- Estas jugando con fuego -dice carraspeando la garganta y tocando su pelo. Oh diosito. Su pelo. Sin darme cuenta llevo mi mano hasta el y lo revuelvo un poco. Se acerca mas a mi y esconde su cara en mi cuello dejando sonoros besos. Tiro levemente de un mechón y levanta el rostro hasta dejarlo a la par del mío. Se va acercando lentamente, pero odio esperar, asi que acabo siendo yo la que recorta distancias. Y después de un largo beso, decidimos dormir ya que ambos tenemos una importante resaca.
JESUS
No se que hora sera. Hace apenas unos minutos que me he despertado. El problema esta en donde. ¿Que hago yo en comisaria? Lo último que recuerdo es que Lisa y yo nos fuimos a la playa y nos tumbamos a ver las estrellas, aunqu ya pocas quedaban puesto que eran las siete de la mañana.
- Señor Oviedo -dice un policía- tiene el poder de la llamada. Piense bien como utilizarlo.
- Antes que nada, me gustaría preguntarte que hago aquí -frunzo el ceño- deberé explicar los motivos a la persona que descuelgue el teléfono
- ¿No recuerdas nada? -pregunta y yo niego con la cabeza- Ese es el problema. Os encontramos borrachos, siendo menores de edad, y dormidos en la playa, infrigiendo así la norma número 248 del artículo de leyes y mandatos, apartado 2.3 página 1790.
- Disculpame buen hombre, pero soy mayor de edad y no estaba durmiendo, solo descansaba los ojos
- Mejor voy a hacer como que no le he oido Señor Oviedo -dice aguantando la risa- ¿va a hacer la llamada?
-Si
-Digame el número
- Si hombre, si te doy el número de mi hermano me matará -digo alterado- ¿Para que lo quieres? ¿A caso eres un gemelier boy? -le interrogo mientras le arrebato el teléfono y marco el número de Dani.
"... el número al que llama esta apagado o fuera de cobertura"
- Oye -sonrio falsamente- ¿que pasa si no cogen?
- Que ha perdido su oportunidad, lo siento
- Eres un sinvergüenza, dame el teléfono ahora mismo, SINVERGÜENZA -grito- en cuanto salga de aqui mis gemeliers se encargaran de que te quiten tu puesto de trabajo
-Jesús...-dice una dulce voz por detrás- así no conseguiremos nada. No te preocupes, no hemos hecho nada malo, saldremos pronto de aqui -susurra en mi oido y deposita un suave beso. Me giro y tiro de ella hasta que queda sentada sobre mi para poder besarla mejor y así olvidarme de lo que esta pasando y de lo mucho que manchara mi imagen que alguien descubra que estoy aqui.
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INCREÍBLEMENTE CIERTO (Gemeliers)
Roman pour AdolescentsMi nombre es Alexandra Leung, tengo 17 años y vivo en el norte de España, aunque no se por cuánto tiempo. Mi padre es americano y mi madre española. Hasta los 9 años viví en Los Angeles pero mi vida torno un giro completo cuando mi madre decidi...