Analogica

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- Josh calma, repira ondo- dije poniendo mi mano en su muslo cuando nos detuvimos frente a su casa.

Podía sentir como su respiración se comenzaba a agitar. El hecho de entrar a la casa que le hacía mantener su sed por su soledad lo estaba destrozando por dentro.

Pasó una de sus manos por su rosado cabello y otra en su corazón.

- Es una última vez- le dije con una voz suave buscando entrelazar su mano con la mia.

Josh me miró con sus ojos pardos. Me derretía.

- Hazlo por tí- dije acariciando su mano.

Josh cerró los ojos y asintió.

En cuanto puso su mano sobre la puerta, apreté fuerte su mano.

Lo esperé dentro de el auto.
Pasó el rato, Josh no daba señales. Ya comenzaba a ponerme nerviosa. Me comía las uñas. Llegué a escuchar la sangre que fluía al escuchar mi corazón latir. Conté cada segundo que me mantuve en ese auto.

Cuando pasaron 46 minutos no aguanté mas. Me bajé de el auto y corrí hasta la puerta de entrada.

Al siquiera el mas mínimo roce con esta, se abrió ligeramente.  Con cuidado abrí la puerta, por miedo a que haya pasado algo.

Toda la casa estaba en orden. Me llama mucho la atención. Decidí subir a la habitación de Josh. 

Cuando puse mi pie sobre el último escalón, una puerta al fondo de el pasillo se abrió ligeramente. Para decirlo de una manera un poco sutil, la casa estaba habitada por gemidos y rechinidos que provenían de la misma habitación.

No quise ni mirar por la rendija, ya que se notaba que la que se enredaba entre placeres era la madre de Josh.

Comenzaba a ver mejor como vivía Josh en esta casa. A oscuras, entre sombras y los "fantasmas" que habitaban en esa casa, contaminaban su mente.

Giré mi vista hasta la puerta de la habitación de Josh. Tenía un cartel justo colgando de la manilla.

Mi pulso se aceleró en cuanto vi el pequeño letrero de " no me extrañes" colgado en la puerta.

Tears (Josh Dun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora