First Class | SiAh

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Yooa caminó de regreso por el pasillo, indicando a los conserjes del piso, el aula a la cual quería llegar, los mismos supieron darle referencia y en menos de un minuto ya estaba a las a fueras del aula 503; relaciones humanas.

Tocó la puerta interrumpiendo el bullicio que provenía desde el salón por parte de los estudiantes y convirtiéndolo en un silencio aterrador, ahora solo se escuchaban los pasos del profesor acercarse a la puerta.

Escuchó murmullos mientras el docente invitaba a pasar a YooA al aula y ella por primera vez se sintió como un borrego siendo observado por lobos hambrientos esperando por devorarlo, todo gracias a que ellos, o mejor dicho, ella, estaba ahí, junto a toda su pandilla al final del salón, reunidos todos en una esquina. Mimi la observaba analítica y fría, la ceja alzada y la sonrisa gatuna más traviesa que nunca, casi recostada en la silla y subiendo los pies sobre la carpeta.

—Señorita MiHyun, las carpetas no son la mesa de centro de su casa, así que por favor.

El docente estaba más ofuscado de lo que sus palabras lo parecían y, sobre todo cansado, siempre era lo mismo con ella. Pero la señorita MiHyun hizo caso omiso y siguió parloteando quién sabe qué junto a todo su séquito que no sabía disimular sus risas para nada.

YooA se sentó en una de las primeras carpetas, como si esa fuese su única defensa contra esos matones.

¿Podía ser posible ésto?

YooA, a diferencia de Arin, era una chica muy extrovertida. A su corta edad de 16 años, habia experimentado el ir a fiestas con amigas, salir de compras y reír en plena plaza a todo pulmón junto a ellas, hasta una larga fila de novios que tuvo desde los trece años se podía tener en cuenta en su lista de «experiencias adolescentes».

Claro está, YooA no era la típica niña tonta y popular allá en Busan, tenía cerebro, siempre había sido la mejor en su clase y era reconocida a nivel de toda la escuela por sus logros deportivos en gimnasia, atletismo y volleyball, como por los diplomas de segundos y terceros puestos en la escuela, que tal vez con un poco más de dedicación hubieran sido de primer lugar, pero ella estaba contenta con eso, no tenía por qué demostrarle a los demás que era mejor que ellos, ella lo sabía y era suficiente.

¿Hasta ahora?

Pero, ella no era alguien que se rindiera fácilmente y no dejaría que una bola de idiotas, se burlaran y la intimidaran de ese modo, en especial esa tonta rubia, Yoo SiAh no era un juego o alguien por la que podrían pasarle por encima y lo iba a demostrar, por el momento simplemente iba a evitarlos e ignorar sus indirectas o ese tipo de comportamiento que le parecía tan infantil, ella sabía que era más que eso y que el silencio era su mejor defensa. Pero, si en algún momento la buscaban, a ella o a Arin, la iban a encontrar y ésta vez no se dejaría intimidar.

—Señorita SiAh, ha llegado cuando ya los nuevos se han presentado, pero no es impedimento para que lo haga ahora; por favor, póngase de pie diga su nombre, edad y el por qué la cambiaron a ésta escuela.

El maestro Park de relaciones humanas no tenía una idea de lo incómodo de la situación, porque claro, él no estuvo hace diez minutos en la planta baja, lidiando con ese grupillo de pacotilla, que ahora se hallaba en el aula, atrás, esperando por algún movimiento de YooA para burlarse o hablar a las espaldas de ella.

Lentamente la nombrada se puso de pie, totalmente decidida, sin siquiera mostrar una pizca de miedo o inseguridad, mostrandole una amplia sonrisa al profesor Park, dando la vuelta sobre sí, para poder observar a sus nuevos compañeros con una sonrisa de comercial de dentífrico en los labios.

— Buenos días, mi nombre es Yoo SiAh, tengo dieciséis años y me cambié a ésta escuela gracias a que mi padre fue ascendido y trasladado en su trabajo. Vengo de Busan, no tengo ningún amigo aquí en Seúl, por eso espero, compañeros que nos podamos llevar bien, estaré feliz de conocerlos. Pueden llamarme YooA, tal y como me llaman las personas que conozco. Gracias.

Al terminar YooA simplemente tomó asiento, escuchando de fondo los aplausos ante su tan desenvuelta presentación.

—Bien, YooA, mi nombre es Park ChanYeol y seré tu profesor de relaciones humanas en lo que queda del año. Espero no me defraudes, realmente creo que serás una buena alumna.

ChanYeol se dió media vuelta para volver hacia la pizarra y tomar los borradores de tiza y quitar la palabra «¡Bienvenidos!» que habia escrito anteriormente al inicio de la clase. Mientras lo hacía, algo volvió a llamar su atención, así como la de todos los jóvenes que se hallaban ahí. YooA volvió a ponerse de pie.

—¡Ah! Y se me olvidaba, tengo una hermana, se llama Yoo YeWon, pero todos le dicen Arin, está en tercer grado. Digamos que es una niña muy inocente, tímida...

— Retrasada.—Se escuchó entre murmullos y una tos para nada bien disimulada, haciendo que todos rieran al unísono, aquello sin duda enfureció a YooA. Pero, esa sonrisa no se le fue, todo lo contrario, fingió reír con ellos y aún sonriendo hipócritamente, volvió a hablar.

—Un poco rara, tal vez... Pero, no se metan con ella, porque es lo más preciado que tengo y si lo hacen... Créanme que no tendré reparo en enfrentar a quién sea.

Aquella última frase se la dedicó específicamente a la rubia, quien sonreía ladina, entretenida y más que todo, admirada por los pantalones que parecía tener YooA, y sobre todo, porque se veía jodidamente sexy con esa sonrisa en los labios y la ceja alzada. Exquisita.

Por el otro lado, YooA creía que la manera en que Mimi la observaba era una clara declaración de guerra, y así era para ella. No dejaría que ninguna gilipollas venga a perturbar su vida, ni la de su hermana, YooA nunca había sido víctima de ese famoso «bullying» y ésta no iba a ser la primera vez.

De pronto, la chica pelinegra que estaba en su costado, arrojó con cierto disimulo un papel arrugado a la carpeta de SiAh, volviendo a voltearse rápidamente para que el profesor no se diera cuenta del hecho. La castaña lo desdobló y tan pronto terminó de leer, sonrió amplio y escribió encima del papel de vuelta, como si se tratase de un chat secreto.

Hey, me caes bien, mi nombre es Kim JiHo, almorcemos juntas, ¿quieres?

-Don't say you love me. [ MiYoo/YooMi].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora