Un muchacho alto y bien parecido. Inteligente, brillante, un rostro serio, calculador y atractivo a los ojos de cualquiera, pero con un peinado tan inocente dándole un toque tierno. Ojos fugaces llenos de misterio y largas pestañas que alborotaba con sólo un choque casual de miradas, su aroma a frutas era embriagador. Labios de un rosa natural, finos como los dedos de sus delicadas manos. Y un curpo de modelo.. Nadie se le resistía. Él no sabía eso.
Era un mezcla entre sensualidad y ternura.
Ese era Fer.
Mientras que el individuo a su lado, con el cabello teñido de un negro azulado desalineado, ojos de un azul manchado por las nubes de éstos mismos, bajo sus ojos grandes ojeras y un par de pecas salpicadas en su nariz de botón, con los labios curvados en una sonrisa encantadora que iba a la perfección con su personalidad y ésta con su pequeño cuerpo. Se creía un dios griego bautizado por los mismísimos dioses supremos. Con una confianza desbordante.
— ¿Me repites por que me acompañas? -le espetó el más alto con notable disgusto. Hace a menos de unos minutos habían estado jugando al ajedrez en casa de Fer (quien iba ganando) hasta que una llamada imprevista de Brick lo alertó, más bien, le alegró. Pues no soportaba estar solo con aquel que se suponía era su mejor amigo.
Pero él no lo sentía como su mejor amigo.
Había sido rechazado y pensó varias veces en rendirse. El castaño siempre se mostraba como en verdad era, frío y calculador, callado y introvertido. Pocos sabían que le gustaba alardear. Pero menos sabían sobre sus sentimientos hacia el ojiazul. Aunque lo intentase, aquella vocesita volvía y le repetía una y otra vez las mismas palabras: "Aun hay oportunidad"
¿De verdad la hay? Se preguntaba mientras caminaban.
Rei se había ofrecido a ayudar, mas no soportaba la idea de quedarse solo en el cuarto de su amigo esperando a su regreso. Esas cuatro paredes le daban claustrofobia, y eso que él no sufría de ésta, sólo era allí, allí donde Fer dormía, donde pasaba la mayor parte de su tiempo.
Además, era un chismoso y quería saber que pasaba.
— Porque me asusta tu casa -le contestó mientras se acomodaba el cabello hacía atrás con una mano.
— Creo que te asusta mi cuarto...
El más bajo se tensó.
Oh, Fer también solía ser extraño, solía ser un juguetón.
— ¿P-Por que me daría miedo? O sea, siempre estamos ahí, los dos, solos, allí adentro, donde nadie va, con la puerta con seguro, los dos solos...
— Ya dijiste eso -sonrío con arrogancia al ver su nerviosismo. Le gustaba, pero lo odiaba. Ese tipo de reacciones eran las que lo animaban a seguir creyendo que, algún día, sería correspondido- deberías dejar de ponerte nervioso... Entiendo que es mi cul-
— ¡No lo es! -se apuró a decir alzando la voz llamando la atención de un par de curiosos. Los ignoró- no es tu culpa Fer -su nombre saliendo de esas labios era una melodía única para el nombrado- es mía, soy un tonto... Soy raro -suspiró- no me entiendo, no te entiendo, no entiendo nada. Creo que estoy enfermo o quizás tenga algún trauma y..
Un dedo se posicionó sobre su boca, silenciándolo.
— Si me hablas así, me fuerzas a querer encerrarte..
Ambos sintieron un escalofrío. Fer tomó a su amigo del antebrazo y lo llevó hacia una cabina telefónica en la cual se podía ver como la gente pasaba desde adentro, pero desde afuera no se veía absolutamente nada.
La mente de Rei explotó en recuerdos. Recuerdos de su primer beso.
Un lugar oscuro y estrecho como los pasillos de su ex escuela, arrinconado, con unos brazos a cada lado de su cuerpo y una pierna entre las suyas. Inmovilizándolo. La respiración de un nervioso Fer contra la suya y sus ojos, ambos ojos mirando hacia lo prohibido dentro del contrario.
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Te miraré
FanfictionPerder, aprender, crecer. Es lo único que he pesando estos años. Cuando Butch fue transferido pensé que podríamos comunicarnos por cartas. Pero él nunca contestó... ~♪~♪~♪~♪~♪ Segunda temporada de: "Mírame. Por las buenas o por las malas" NO se perm...